Rascarse o morderse puede ser una señal de que tu amigo peludo tiene pulgas. Foto: Flickr cuenta Beatrice Murch
Hay ciertos huéspedes que viven en los animales de compañía y que no son bienvenidos. Las pulgas, además de causar problemas en la piel, son vectores de transmisión de enfermedades y por eso resulta fundamental aprender a combatirlas.
Hay varios tipos de pulgas que afectan a perros, gatos, e incluso humanos. La diferencia entre cada una de ellas es que se han acostumbrado a vivir mejor con las condiciones que presta cada tipo de animal. Las pulgas y garrapatas son ectoparásitos (parásitos externos) que se reproducen con facilidad, según Roberto Rueda, médico veterinario.
Además tienen una resistencia extraordinaria. Pueden pasar hasta 60 días envueltas en una cápsula que las protege de todo insecticida. Son casi inmortales mientras están ahí. Pero cuando salen es la oportunidad perfecta para atacarlas.
Según el sitio especializado en medicina veterinaria PetMD, existen varios síntomas que pueden indicar la presencia de pulgas en tu amigo peludo. Rascarse es uno de ellos pero no el único. Además, si no se rasca, no quiere decir que no las tenga. Otra señal es que el perro se muerda persistentemente en ciertas zonas. La pérdida de pelo, marcas rojas en la piel, encías pálidas, y decaimiento también pueden indicar la presencia de estos parásitos.
Si tienes un perro o gato desde hace algunos años, seguramente te habrás dado cuenta que los productos para combatir estos parásitos han ido evolucionando. El talco, los collares y ciertos sprays han cambiado para mejorar su efectividad. Esto se debe, según el especialista, a que las pulgas y garrapatas generan resistencia a estas fórmulas.
Hoy en día existen varios maneras de eliminarlas. Algunas se administran como medicamentos en forma de tabletas o jarabes que se ingieren y llegan a la sangre. Estos contienen un veneno que mata a las pulgas cuando pican, pero no son tóxicos para perros y gatos. Hay que tomar en cuenta que existen productos específicos para canes y felinos. Esto se debe a la distinta sensibilidad que presentan a ciertas fórmulas.
Por estas razones el tratamiento para combatir las pulgas debe ser periódico. Rueda sugiere la aplicación de un antipulgas, al menos, cada tres semanas. Con esto se evita que los parásitos generen resistencia. Además hay que tomar en cuenta las condiciones en las que vive cada animal de compañía. En algunos casos se pueden tomar medidas complementarias. Las pipetas pueden acompañarse del collar o este a su vez de una medicación.