Las autoridades del Comité de Operaciones de Emergencias de Santo Domingo de los Tsáchilas ratificaron la declaratoria de alerta en presencia de una delegación de habitantes de la zona de riesgo. Foto: EL COMERCIO
La medida se ratificó por el peligro latente a un gran derrumbe y las inundaciones a las que está expuesta esta zona de Santo Domingo de los Tsáchilas, en el occidente del Ecuador. La parroquia rural Alluriquín volvió a ser tema de discusión en la reunión del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) que se realizó este 21 de junio del 2016, en el ECU 911.
Ahí la presidenta del organismo, Doris Merino, señaló que la alerta naranja se mantiene activa conforme las resoluciones Nº SGR-042- 2014 del 27 de junio y Nº SGR-028-2015 del 24 de marzo, emitidas por la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR). Esto implica una alerta para un impacto mayor a los acontecidos, según los protocolos de la SNGR. Merino también insistió que las personas que se encuentran en las zonas de riesgo deben ser evacuadas y reubicadas en lugares seguros.
Esto además lo recomendó la secretaria de la SNGR, Susana Dueñas, en una visita anterior que realizó a la parroquia Alluriquín.
La reubicación se gestiona en el Municipio, que avanza con un plan para adquirir un terreno de 50 hectáreas donde se construirán viviendas a las personas que salgan de la parroquia. Para ello se trabaja en la identificación de áreas en los sectores Ciudad Verde, La Pradera, San José 3 y en la Cooperativa de Vivienda Juan Eulogio.
Los habitantes de Alluriquín también asistieron a la reunión del COE. El presidente de la Junta Parroquial, Williams Arteaga, pidió que se analice la declaratoria de alerta naranja y las repercusiones económicas que afectarían a los habitantes.
Ellos subsisten de la venta de dulces en la vía Alóag- Santo Domingo. Pero la presidenta del COE, Doris Merino, insistió que la alerta naranja fue ratificada y que no se levantará hasta que no exista el riesgo de que se pierdan más vidas. En Alluriquín se producen movimientos de masa recurrentes por las formaciones y sedimentos volcánicos que componen su terreno.
Esto lo hace proclive a derrumbes que históricamente han sucedo entre los kilómetros 83 al 22. Incluso existe una falla geológica activa en el recinto Unión del Toachi que ha provocado el movimiento progresivo de tierra desde una montaña.