El virus del Zika está en unos 30 países de América Latina y el Caribe. Hay más de 1,5 millones de personas infectadas. La mayoría en Brasil y Colombia. Ecuador ya suma 50 casos.
Una de las principales medidas de prevención que las autoridades sanitarias han promocionado en los medios de comunicación masiva es el uso de repelentes.
Pero existen productos que son más o menos efectivos para evitar picaduras de mosquitos del género Aedes, que es el transmisor del virus. Todo depende de sus componentes y del porcentaje de estos.
Los más recomendables son los productos que se hacen a base de un ingrediente llamado N,N-Dietil-meta-toluamida, también conocido como DEET.
La Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud han difundido estudios, en los cuales se concluye que ese componente es seguro para las personas en general. Por ello, su venta está autorizada en el Ecuador.
La única observación que hacen los organismos internacionales de salud es que se siga al pie de la letra las instrucciones que constan en las etiquetas de cada producto.
Pero ¿cuántas personas miran los componentes de un repelente para comprarlo? o ¿cuántas leen las instrucciones antes de emplearlo? Eso puede hacer la diferencia para prevenir con efectividad la propagación del peligroso virus.
Las autoridades sanitarias deben incluir en sus mensajes de prevención este tipo de aclaraciones para que los consumidores tomen decisiones útiles. Y también hacer un control más riguroso para garantizar que las etiquetas de los productos contengan esa información. Es necesario, por ejemplo, que se destaque y se incluya el tiempo de duración de la protección del repelente, para que las personas sepan con qué frecuencia deben colocarlo en la piel expuesta. Resulta demasiado ambiguo encontrar productos con la leyenda “efecto prolongado”.
Los mensajes deben ser claros y completos.