O así quisiera creer. “En caída libre” califiqué al petróleo en la columna de agosto 11, cuando el WTI estaba en USD 43 el barril y el nuestro en 37. La semana el WTI la inicia en USD 35, el nuestro por debajo de 30.
El presidente Correa se las arregló para reunirse en ocasiones consecutivas con el Rey saudita para intentar convencerlo que la OPEP, con una pequeña reducción de la producción, podía sostener el precio. No tuvo éxito.
En Viena para la reunión de la OPEP del viernes 4, el ministro Carlos Pareja declaró que estaban los ministros ahí para resolver el problema. Fue todo lo contrario. Los del Golfo Pérsico insistieron en defender participación de mercado. Por su parte, Irán manifestó que tan pronto se levanten las sanciones, que sería en enero, incrementará su producción en un millón de barriles diarios.
No solo es una rivalidad petrolera. Arabia Saudita e Irán se enfrentan por la supremacía regional y apoyan distintos bandos en la guerra civil en Yemen.
Total, no solo que la OPEP no bajó la producción, sino que se abstuvo de poner un tope global. No se reducirán los enormes inventarios de crudo; el mercado no ve solución a la vista y el precio sigue cayendo.
Paradójicamente, quizá sería mejor que caiga más, lo que incidiría en que se saquen de la producción algunos campos de costos altos. Se prevé que en 2016 la producción diaria en los EE.UU. caerá en 500 mil barriles a 8.8 millones. También que con menores precios de los combustibles suba el consumo: ya en Estados Unidos ha aumentado la proporción de camperos en la venta de vehículos nuevos. Con precios cercanos a los USD 20, es posible que se acelere esta tendencia y se acorte el plazo para que se recuperen los precios.
Es a eso a lo que apuntan Arabia Saudita y sus aliados. Porque si bien con los bajos precios los primeros en sufrir somos los países miembros con menos ahorros, Venezuela, Argelia, Nigeria y Ecuador, los del Golfo mantienen un alto tren de gasto y les toca recurrir a fondos de sus reservas internacionales. Les es indispensable conseguir en relativamente poco tiempo que disminuya el exceso de crudo en el mercado y que se recuperen los precios sin que ellos tengan que bajar la producción. El secretario general de la OPEP, Abdullah al-Badri, optimista, considera que esto se logrará en un año.
De no alcanzarse este objetivo en un plazo prudencial, llegará el momento en que los del Golfo tengan que claudicar y resignarse a una menor participación de mercado a cambio de un mejor precio. Aunque el retorno a los USD 100 por barril parece improbable.
Lo presupuestado por el Gobierno para el 2016, el petróleo en promedio de USD 35, no es un exceso de prudencia sino un cálculo realista de lo que podemos esperar. A ese precio no hay ingresos petroleros para el Presupuesto, aunque sí para Petroecuador.