Reciba mi atento y cordial saludo. El domingo 20 de septiembre leí su columna ‘Asdrúbal-Roque ¡caricaturas!’, en la cual usted escribe “El hombre de las caricaturas era un afamado pintor, Galo Galecio, que no brilló al incursionar en la prensa”.
Siendo usted, Sr. Ribadeneira, una persona de mucha experiencia, conocimientos y cultura, debe conocer que Galo Galecio fue un artista multifacético. Incursionó en el dibujo, el grabado, el muralismo, la caricatura, escultura en madera, docencia, ilustrador de libros, etc. Como caricaturista político trabajó en las revistas Cocorico, Alacrán; en los diarios La Calle, El Sol, La Hora. Entonces, aseverar que no brilló al incursionar en la prensa es injusto. Galecio fue admirado y reconocido justamente por sus caricaturas.
Así como el público lee sus comentarios en la prensa, Sr. Ribadeneira, es admirado y reconocemos su inteligencia y su estilo de escribir, Galecio fue admirado y odiado, porque miraron sus caricaturas, recibieron su mensaje. Su trabajo lo difundió en la prensa. Esa fue su tribuna de denuncia, su comunicación con el pueblo. Entonces, no quitemos el poco mérito que va quedando a los trabajadores del arte, que dieron todo por la cultura de nuestro país, al menos dejemos una migaja de valor a su trabajo, a su recuerdo. Me permito remitirle unas copias de las caricaturas de Galecio.