Los verdes sembríos de brócoli se extienden a lo largo de los valles occidentales al pie del volcán Cotopaxi. La planicie casi uniforme del terreno, el agua permanente y la baja temperatura son los factores adecuados para la producción.
En el alba, cuando la niebla aún no se disipa, un helado viento golpea el rostro de cientos de trabajadores agrícolas, la mayoría mujeres, que se preparan para a una larga jornada en los sembríos de brócoli, de la empresa Nintanga.
La mujeres se despojan se sus chalinas y los hombres de su poncho. Unas pocas usan overol confeccionado con un grueso plástico de color amarillo, otras forran su vestimenta con delgadas fundas plásticas. El propósito es evitar que el rocío en las hojas de brócoli humedezca su ropa.
El traje se complementa con bufandas, chompas con capucha y gorras para protegerse del frío, y que el sol queme su rostro.
Una de la jornaleras es Martina Toaquiza, mujer trigueña y baja, de 53 años, oriunda de la localidad de Guaytacama (Cotopaxi).
Ella trabajó ocho años en una floricultora. “Ahora laboro en la plantación del brócoli, pero para mí ya es muy difícil porque las gavetas pesan mucho y a veces no avanzo a levantarlas”.
En esta actividad le acompaña su esposo, César Tumbaco de 54 años. Cada uno recibe como remuneración el sueldo básico (USD 264). La pareja es parte de los 900 trabajadores directos y 2 000 indirectos que tiene a cargo la compañía. El 75% son mujeres y el resto hombres.
Los agricultores se encargan del sembrío y limpian la maleza. Para esa tarea utilizan una hoz. Una vez que termina la cosecha retiran las largas mangueras que se usan para irrigar los sembríos.
Los campesinos trabajan bajo al dirección de Ramiro Varela, jefe administrativo Nintanga, quien cuenta que cada semana producen 900 toneladas de brócoli. El 40% de la producción se exporta a Estados Unidos; el 30% a Japón y la diferencia a Europa.
Esta empresa agrícola debió cumplir requisitos para obtener una certificación que le permita exportar el brócoli. “Una producción agroecológica y el cumplimiento de las leyes laborales ecuatorianas”, dice Varela.
Una vez sembrada la plántula o semilla del brócoli, la cosecha se efectúa después de 12 ó13 semanas. Las variedades son legacy, domador y avenger, esta última representa el 90% de la producción.
La temperatura requerida para el cultivo no puede pasar de 23 grados centígrados y no puede bajar de 6. Allí se emplea el sistema de regadío por goteo con un volumen requerido es de 300 milímetros por hectárea que proviene de los deshielos del Cotopaxi.
Según la Asociación de Productores Ecuatorianos de Frutas y Legumbres, el brócoli en esta actividad agrícola laboran en forma directa 11571personas en las diferentes fases de la cadena productiva. Es decir, producción, procesamiento y comercialización.
La Asociación estima que si en las actuales condiciones el brócoli ecuatoriano estuviera sujeto a un arancel del 14.9%, las exportaciones del producto hacia EE.UU. se reducirían en un 26,3% anual.
Según el ultimo Censo Agropecuario, la superficie cosechada de brócoli y otras crucíferas (nabos, berros) fue de 3 359 hectáreas en el año 2000, con un rendimiento promedio de 14,6 toneladas (t) por hectárea.
En la actualidad se estima que debido al crecimiento del sector, la superficie sembrada asciende a 6 000 hectáreas, con un rendimiento de 18 t por hectárea.
En esa circunstancia, la eliminación de la Ley de Preferencias Arancelarias (Atpdea) obligaría a una reducción anual del 9,8% en el número de empleos directos. Lo que significa más de 1000 personas en el primer año.
En el caso de Nintanga, el jefe administrativo, Ramiro Varela, evalúa implementar un sistema de mecanización en la hacienda productora con la consiguiente eliminación de mano de obra.
Ello como respuesta al incremento de los costos de exportación del brócoli a EE.UU. por la pérdida del Atpdea.
Uno de los sectores vinculados en forma indirecta a la producción de brócoli es el transporte. Cristian Silva, un joven profesional universitario, alquila su bus para el llevar a los trabajadores.
Opina que Ecuador está capacitado para buscar otros mercados. “Las empresas aplican las normas ISO y tienen certificados de exportación que facilitan la comercialización con otros países”.