La Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de las Américas logró la acreditación. Foto: Andrés Jaramillo / EL COMERCIO.
Durante dos años, las universidades invirtieron recursos, personal y tiempo para cumplir con un plan de mejoramiento que fue aprobado por el Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces).
Este incluyó visitas de los especialistas del organismo para verificar los avances, talleres de capacitación y reuniones. Todo para poder ascender de categoría y estar en una mejor posición en el ‘ranking’ de universidades del país.
Los resultados debían mostrarse este 2015, cuando las instituciones de educación superior podían acogerse a un proceso especial de recategorización. Pero durante la etapa final, los criterios de evaluación se modificaron.
Por ejemplo, antes la vinculación con la comunidad era parte de un criterio de evaluación general. Ahora adquirió mayor peso al convertirse en un criterio independiente. Las adaptaciones fueron presentadas a los representantes de las universidades públicas y privadas, el 17 de julio del 2015, en un taller de socialización organizado por el Ceaaces.
Solo una semana después, el organismo recibió una carta suscrita por siete instituciones de educación superior oponiéndose a la implementación inmediata del modelo. “En academia (un criterio de evaluación) hay un 46% de nuevos indicadores”, señala Ramiro Canelos, vicerrector administrativo-financiero de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE). “¿Qué quieren que hagamos en un mes, que fabriquemos evidencias?”.
Las universidades aclaran que no se oponen a un nuevo modelo de evaluación, siempre que se mejore. De hecho fue un pedido que hicieron al Ceaaces tras la acreditación que se dio en el 2013. Entonces, solo tres universidades que ofrecen pregrado lograron la categoría A y hubo dos más que alcanzaron la misma categoría, pero con oferta de posgrado .
Pero el problema para el rector de la Universidad Ecotec, Fidel Márquez, es que no se incluyó en la elaboración del modelo a las universidades. Además hay una limitación metodológica. “Para que el cambio de un modelo se pueda llevar a efecto debe ser anunciado con dos años de anticipación, si estamos hablando de mejorar la calidad”.
El rector de la Universidad de las Américas (UDLA), Carlos Larreátegui, cree que se debe evaluar a las universidades con los mismos criterios del 2013, para garantizar igualdad de condiciones con el resto de instituciones que están en las categorías A o B. Y trabajar de forma conjunta en la adaptación del nuevo modelo para implementarlo en el 2017 que permita incluso resolver algunos problemas. Por ejemplo, en la habilitación para ofrecer especialidades.
“Mi universidad fue una de las mejores calificadas en el proceso de acreditación de Medicina, pero por esa absurda acreditación anterior estamos imposibilitados de ofrecer programas de posgrados en ciertas áreas de medicina”, refiere Larreátegui.
Holger Capa, presidente de la Comisión de Evaluación de Carreras del Ceaaces, recordó que la acreditación de Medicina es reciente y que en la evaluación lo que se mira no es una carrera en particular sino la globalidad.
La adaptación del modelo, explica, fue una exigencia de Ley, porque debía actualizarse a los cambios que se han dado en los últimos años. Además se elaboró con base en los insumos que las universidades dieron en los talleres que vinieron luego de la acreditación que se dio en el 2013.
Capa aseguró que no se trata de imponer un modelo. Este puede modificarse siempre que apunte a mejorar la calidad. Por ejemplo hay flexibilidad para ampliar la base de datos reconocida para investigaciones indexadas.
Ahora hay solo dos y la idea es que sean, al menos, seis. Además se puede revisar el porcentaje de investigaciones publicadas con relación al número de docentes. Pero Capa recordó que el proceso ahora es voluntario y que en el 2017, cuando termine la certificación, también se hará una evaluación.