Este jueves 13 marzo empezó, en Quito, el festival Ecuador Jazz, en el Teatro Nacional Sucre. Las bandas que se presentaron desde las 19:30 fueron: Cuerdas sensibles y Antibalas. La primera, una agrupación formada en Ecuador hace tres años y la otra, una banda norteamericana que mezcla ritmos africanos con jazz.
El aforo del teatro estuvo prácticamente lleno y esa multitudinaria presencia de personas se hizo notar en el recibimiento de las bandas. Dese la entrada de Cuerdas sensibles la gente se conectó con el jazz de la banda, conformada por: Sven Pagot (guitarra), Bjarke Lund (guitarra), Alex Incapié (flauta traversa, cato y percusión) y Sebastián Rubiano en el contrabajo. Su música está inspirada en Django Reinhardt, creador del Jazz Gitano. Un ritmo que incorpora el blues y música originaria de regiones europeas donde la tradición gitana se mantiene.
Entre los temas que interpretaron la noche del jueves estuvieron: Minor Blues, Blues Clair, Minor Swing, Lady be good, Padam Padam… Uno tras otro fueron tocando sus temas y, consecuentemente, los ritmos también variaron. Por ejemplo, las primeras canciones estuvieron más apegadas a la fusión del jazz con el blues, pero después cambiaron a ritmos más movidos, que hicieron participar activamente a la gente como los expresados en ‘Padam padam’.
Y así, con aplausos y gritos de emoción del público, se despidió ‘Cuerdas sensibles. Tras diez minutos de receso, esa calurosa despedida se convirtió en una bienvenida a la banda que cerraba la jornada: Antibalas.
La agrupación estadounidense está conformada por 12 músicos, desde que se inició en 1997, en Brooklyn. Sus ritmos están reconocidos dentro de lo que se conoce como ‘afro beat’. Ellos combinan música originaria de África, más precisamente de Nigeria, para lograr sus composiciones finales.
Estas fusiones han hecho que la banda sea una de las más reconocidas a nivel mundial. Reconocimiento bien merecido por su forma de interactuar con el público desde el escenario. Y es que con su presentación, que duró casi una hora, inició una verdadera fiesta en el Teatro Nacional Sucre.
Desde la primera canción, la gente se puso de pie para acompañar con aplausos las interpretaciones; después, esas palmadas de alegría se convirtieron en un baile generalizado y en cantos colectivos. Muchas de las canciones de Antibalas están compuestas no solo con ritmos nigerianos, sino también utilizando idiomas nativos de ese país. A pesar de ser palabras casi incomprensibles, el público acompañó cantando cada palabra que los integrantes de la banda les pedían que repitan.
El grupo norteamericano se despidió con la canción Open and close, pero, ante el pedido del público, regresó inmediatamente al escenario e interpretó tres más de sus composiciones. El concierto terminó con una canción a ritmo de salsa que, según los miembros de Antibalas, fue un homenaje a los orígenes latinos de muchos de ellos.
Después de finalizado el concierto, hubo una ‘jam session’ en el Café del Teatro (en la misma plaza), donde el público pudo compartir con los artistas. El Ecuador Jazz 2014, continúa la noche de hoy, 1 (19:30) con la presentación de la banda Jaaz the roots y de los intérpretes Cyrillé Aimée junto a Diego Figueiredo.