Una fila de 50 carros se podía observar al lado derecho de la subida al Parque Metropolitano, ubicado en el nororiente de Quito, el fin de semana pasado.
El parqueadero Ashintaco estaba lleno. Allí la plaza de parqueo es de 200 vehículos y el fin de semana estuvo lleno.
La situación cambiaba radicalmente en el parqueadero Chuquipata, que estaba cerrado. Allí, cerca de 20 obreros trabajaban y esa era la razón para que los dueños de los vehículos no tuvieran espacio para parquear sus carros.
Patricio Villavicencio se quejó de la falta de lugares para parquear. “Mi vehículo está lejos y, además, no hay espacios para caminar. Hay que esquivar el monte y los escombros hasta llegar a un sendero que me conecte al parque y es incómodo”.
El Chuquipata está cerrado desde hace 15 días. ¿La razón? Allí existían 200 puestos para parquear y ahora, en casi 2 hectáreas de extensión, se están construyendo 400 sitios.
Así, hasta noviembre del presente año, se prevé entregar un sitio asfaltado, con baterías sanitarias (20 baños) y seis quioscos en los que se venderá comida. La inversión del proyecto está entre USD 250 000 y USD 300 000.
También se adecuarán senderos para que los visitantes vayan del parqueadero a la zona de las canchas. Allí también se construirán juegos infantiles y, además, se edificará un sitio de sombra para que los deportistas puedan descansar de los rayos solares.
Se tiene previsto, además, que en el Chuquipata se realice el Quitofest, que se venía realizando en el parque Itchimbía, en el Centro de Quito. Además, se prevé realizar ferias agroecológicas, que estarán al mando de la comunidad de Miraflores, que reside en los alrededores del parque.
Javier Arroyo, gerente de Espacio Público del Municipio, explica que la reconstrucción del parqueadero se debe a un gran proyecto que está enfocado para facilitar la movilidad de personas con capacidades especiales y de la tercera edad.
Estas personas tendrán acceso exclusivo al parqueadero que está ubicado en la parte superior del parque. Es decir, solo ingresarán vehículos con personas de la tercera edad, niños en brazos o pequeños o personas que sufran algún tipo de discapacidad.
Además, en el sitio se construirá un sendero dedicado para esas personas. Se tiene previsto una vía que conecte desde el parqueadero, que contará con un espacio para 40 vehículos, hasta el interior del parque.
Arroyo define a esta obra como un trabajo de integración. ¿Cómo? “La mayoría de los parques está construida para las personas sin ningún problema físico. Es decir, personas que pueden correr normalmente o caminar. Sin embargo, no hay espacios en los que, por ejemplo, personas con sillas de ruedas puedan disfrutar de un día familiar en el parque y para ellos es el proyecto”.