A propósito de la carta de Pablo Jarrín, en la cual sugiere que las sociedades ateas son poderosas económicamente, señalo: Suecia, Dinamarca y el Reino Unido tienen religiones oficiales, en Japón el shintoismo es oficial para la familia imperial japonesa y se entrelaza incluso con otras religiones. Hong Kong no es un país, es parte de China. Solo diré que la prosperidad económica o material no se relaciona con las creencias de los individuos, sino con el esfuerzo y las bases sociales y estructuras productivas de cada país.