El presidente Correa denunció, en su sabatina del 28 de marzo, que fue reproducido por Diario El Universo el día 2 de abril, respecto a la aplicación del plan Enipla (estrategia nacional intersectorial de prevención de embarazo adolescente y planificación familiar).
Y dijo que se infiltraron en los tres años de vigencia de este programa una agenda abortista, una agenda gay, que no va con las políticas del Gobierno y que por eso se registraron excesos.
Y mostró fotos de ferias al aire libre en las que se repartían preservativos o enseñaban a colocar uno, ante las miradas de niños.
También reprodujo algunos carteles con los lemas que la Enipla buscó posicionar en el país, como “habla serio, con condón disfruta un montón” y dijo que esta clase de publicidad no era parte del plan y que “se cometieron excesos terribles” en la aplicación de dicha política.
Creo que las observaciones del presidente Correa al mencionado plan tienen bases profundamente morales y merecen el apoyo total de la ciudadanía, pues revelan un profundo sentido de la integración de la familia y de sus más preciados valores. Pero también revela que hay mandos medios que tergiversan lo que el presidente Correa planifica inicialmente, desdibujando al Régimen de su carácter moral.
Creo que debemos apoyar totalmente en su nuevo proyecto denominado Plan Familia y que ha puesto al frente a una dama llamada Mónica Hernández. Me causa asombro que la Iglesia no haya salido a apoyar un plan de profunda raíz moral.
Cabe decir que cuando se trata de valores morales y espirituales de nuestra sociedad, debe merecer todo el apoyo aún de sectores opositores por más recalcitrantes que sean, pues están en juego valores que son cimientos de una sociedad sana.