Revisando mis archivos, me topo con un hermoso pero sarcástico comentario, titulado ‘Elogio del Burro’, del ilustre columnista Fabián Corral B., que publicó el Diario EL COMERCIO (marzo 17/2003), donde de entrada resalta que “casi todos los que leen los diarios han olvidado al burro. Quizá no recuerdan los tonos de su rebuzno y les sea indiferente su episódica presencia en las carreteras o en la plaza de algún pueblo”.
Pero en estos últimos tiempos en que vivimos aburridos de tantos discursos con insultos incluidos, que se difunden por los confines de la rosa náutica, la figura del burro parece proyectarse en una enorme prolongación de sombras porque, como muy bien manifiesta Fabián Corral al finalizar su comentario: “Si sabemos mirar nuestras cosas concluiremos que el asno tiene capacidad de evocación y que es capaz de suscitar el recuerdo y la presencia de los “otros”, y de llevarnos a pensar, desde la perspectiva de la humildad, en un país diverso, que se está volviendo tópico político y lugar común de los discursos”.