En las áreas de alto tráfico vehicular hay que lavar los paneles una vez por año. Foto: EL COMERCIO
Una de las mayores -y continuas- tareas de los constructores y fabricantes de materiales constructivos es encontrar productos que, además de tener una vida útil prolongada, sean atractivos y estéticos.
Esos son los parámetros que permitieron la creación de las láminas de aluminio decorativo; primero en Alemania y luego en varios países, incluidos los asiáticos.
En esencia, no son productos nuevos. Los primeros paneles (Alucobond) se desarrollaron a mediados del siglo pasado por parte de Alusuisse Industrie, explica el Ing. Mario Vela, de Preysi, que distribuye esta marca de aluminio en el país.
Actualmente existen varias marcas en el país: Alucobond, Globond, Akrcobond, Alutile, Sakura, Alucotop, Alucobest…
Entre las fortalezas generales de este producto se destacan: su resistencia al clima, a descargas eléctricas, al fuego y a la humedad, el gran aislamiento acústico y térmico, su peso ligero, el fácil procesamiento y la instalación conveniente.
Otra coincidencia general: todos son paneles compuestos por dos planchas de aluminio que tienen otro material en el medio (plástico, policarbonato, productos reciclados...) y que están recubiertos por pinturas o barnices de gran calidad y duración.
Obviamente, cada tipo de aluminio tiene algunas características propias que lo definen y lo distinguen del resto.
Rafael Borja, gerente de Arkos, explica que el Arkobond tienen una larga vida útil. La cara exterior posee 4 mm de espesor, con un acabado de 0,4 mm, que es el que le da una gran resistencia a la acción de los agentes naturales como las lluvias, los rayos UV, el salitre…
Borja explica que la composición de cada panel de Arkobond consta de: una película protectora (tecnología PVDF que mantiene el brillo y resiste los rayos UV), una capa de pintura, una capa base (opcional), la lámina de aluminio, el núcleo termoplástico, la otra lámina de aluminio y otra capa base.
Vela, de Preysi, informa que el panel de Alucobond se puede doblar y enderezar 30 veces sin que se rompa y la pintura de recubrimiento tiene una garantía de 15 años para exteriores.
Según Alexander Fillippo, jefe de departamento de la línea de paneles de aluminio de Pintulac, en la forma tradicional, antes de pintar una fachada primero debe estar enlucida. Todo esto a un costo que bordea los USD 11/m².
El proceso, que genera desperdicios y molestias, lleva alrededor de 30 días. Además, cada tres años se debe hacer un mantenimiento de pintura, por cerca de USD 5/m².
Con los paneles de aluminio, que son termoacústicos, la instalación en una casa lleva entre dos y tres días. Y no hay necesidad de enlucir las paredes.
Por unos USD 52/m², los técnicos de Pintulac -explica Fillippo- colocan una subestructura de aluminio para luego ‘embandejar’ y atornillar el producto. Se deja un espacio, llamado junta de dilatación, de mínimo 5 mm, para evitar daños por movimientos horizontales, verticales o telúricos.
El beneficio radica en la rapidez del ensamblaje y en el reducido mantenimiento. Este último se lo realiza cada tres o cinco años. Y consiste en un lavado con agua y jabón neutro (evitar materiales abrasivos).
Pintulac comercializa 18 colores de tres marcas asiáticas: Alutile, Sakura y Alucobest, todas con garantía de tres años y una vida útil de hasta 25 años.
Como parte del servicio, la empresa usa un software (app) para dar una previsualización del inmueble con los colores que el cliente escoja.