A los siete años, el Régimen trata de orientar su brújula hacia una agenda de comercio exterior pragmática y en esta ocasión dirigida a uno de sus mayores socios, la Unión Europea (UE). Ese mercado se constituye en el principal destino de las exportaciones no petroleras y las pymes son las más beneficiadas: un 40% de las que exportan allá obtienen sus ingresos de la UE.
Entre el 2007 y el 2013, la agenda oficial se orientó mas bien hacia la búsqueda de otros socios y nuevos mercados, con base en una posición ideológica común. En la lista se destacaron las naciones de la ALBA o países más lejanos, como Irán o Bielorrusia, aunque esos acercamientos no pesan en la balanza comercial, que entre enero y noviembre del año pasado tuvo un déficit de USD 1 352 millones.
En estos años también se tomaron decisiones complejas, como renunciar a las preferencias arancelarias Atpdea otorgadas por EE.UU., como consecuencia de la posición del Ecuador ante un posible “chantaje” por el caso de Edward Snowden.
Por todo ello, los sectores productivos ponen sus ojos sobre Bruselas, en donde esta semana Ecuador negocia con la UE. Si todo sale bien, habrá noticias alentadoras.