El 29 de agosto de 2014, con el “VI Encuentro Intercultural”, que se llevará a cabo en la ciudad de Portoviejo, se celebra el 46° Aniversario de fundación del Seguro Social Campesino.
Como ideóloga, fundadora y primera directora de este Seguro, al que le considero mi hijo, no puedo menos que sentirme preocupada de que con modas raras, sin conocimiento de la filosofía de la Seguridad Social, se lo quiera desestabilizar.
La Ley 081 del Seguro Social Campesino de 1981, es la reafirmación del Decreto Supremo No. 307 del 4 de abril de 1973, basada en la Resolución A-91 del Instituto Nacional de Previsión (INP), rector entonces, del Seguro Social. El Seguro Social Campesino, nació mediante esa Resolución A-91, el 28 de agosto de 1986 como un sistema nuevo, diferente, especial, en aplicación al proyecto ideado y preparado por mí, como funcionaria del Departamento Actuarial, especializada en Seguridad Social y Ciencias Administrativas en España.
Este es el único sistema cimentado sobre una doctrina de seguridad social, justicia social y una filosofía de solidaridad, que prendió en el medioambiente campesino al que hasta entonces ningún esfuerzo, efectuado por las autoridades del INP, pudo tener éxito.
El Sistema especial del Seguro Social Campesino, donde la afiliada es la comuna campesina y no el individuo, no solo es la protección de la salud, como se cree, como para que se quiera mezclarlo con reglamentos y leyes del Ministerio de Salud. Este es un sistema de Seguridad Social que contempla también las prestaciones de invalidez, vejez, muerte, auxilio de funerales y otras prestaciones sociales y humanas que se las aplica en la propia comuna campesina, por motivos obvios: para el campesino es muy difícil, casi imposible salir a las ciudades o centros poblados en busca de sus prestaciones de seguridad social, donde se siente desorientado y abandonado.
Algunos ecuatorianos egoístas y quienes no conocen la filosofía, doctrina y equilibrio financiero del Seguro Social Campesino dicen que este seguro le va a matar al Seguro Social General. ¡Nada menos cierto!
Los campesinos además de pagar su cuota equitativa a su economía, colaboran con la donación al Seguro Social de los terrenos donde se construyen los dispensarios, colaboran con los materiales: piedra, arena, madera, barro y otros, que extraen de sus comunas campesinas; brindan su mano de obra, ponen su vida como lo relatan en el libro ‘Historia de mi Dispensario’, que publica el Seguro Social Campesino en este aniversario, aparte de que por ley reciben la contribución del Estado y cuentan con porcentajes de aportes de los afiliados al Seguro Social General y porcentajes de descuento de alguna planilla de Servicios de la población ecuatoriana en general.
Robustezcamos el Seguro Social y no desbaratemos la Seguridad Social Campesina.