Los actuales jueces de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) no se han destacado, precisamente, por fallos sólidos, fundamentados, alejados de influencias y de la política. El socialismo del siglo XXI ha hecho un gravísimo daño a la administración de justicia en Ecuador.
Reconozco que la ha provisto de “bonitos” edificios (esparcidos por las ciudades, con los inconvenientes de movilización de los usuarios entre unas y otras dependencias de la Función Judicial), de buen equipamiento tecnológico. Falla en un alto grado la contratación de jueces, sobre todo para las cortes Nacional y Constitucional, jueces que en su mayoría han demostrado lo frágil de su solidez académica y de su fuerza de carácter.
La Constitución dispone que los jueces de la CNJ “se renovarán por tercios cada tres años” (183). Al haber 21, el Consejo de la Judicatura (CJ) ya inició el procedimiento para sustituir a 7.
¿Pero, cuáles serán los elegidos para dejar el cargo? El CJ evaluará, de acuerdo con su propio criterio, la eficiencia de los actuales jueces, lo que se reduce a cuantificar el número de sentencias preparadas, la “calidad y excelencia de sus fallos” (en lo que no habrá mayor discusión porque casi todas no alcanzan esos parámetros) y, obviamente, el grado de aproximación a las tesis “jurídicas” del partido gobernante. Saldrán siete jueces, lo que no causará mella en la aplicación del Derecho… porque dejó de estar vigente.
Mientas el CJ decide qué jueces se van, al mismo tiempo organiza el proceso para nominar a sus sustitutos, quienes deberán tener claro cuáles serán sus funciones cuando el Gobierno los designe. Para comenzar este proceso, el CJ designará un Comité de Expertos, cuya función será preparar un informe, entre otros temas, sobre la calidad de la intervención profesional de los postulantes (para lo cual analizará los escritos preparados en el ejercicio de la abogacía), revisará las obras jurídicas escritas por estos caballeros postulantes a jueces, evaluará su desempeño laboral (si es que trabajaron, previamente, en la Función Judicial). Es decir, serán más prolijos en la selección, porque los actuales dejan muchísimo que desear en cuanto a su conocimiento del Derecho, pero intachables en cuanto a la obediencia debida.
Abandonarán la Corte los jueces cuya evaluación por su desempeño en los últimos tres años alcanzó la menor puntuación de entre los 21 actuales. Ingresarán siete que, me supongo, serán del gusto, color y sabor de los dueños del país. Lamentablemente, la justicia y la seguridad jurídica durante los últimos siete años, ha sido la gran perdedora. Los ecuatorianos y la comunidad internacional se han dado cuenta que en temas de justicia se atraviesa un mal momento, y el panorama parece que se ensombrece.