Las reacciones frente a la cubre ambiental de Conpenhague no paran. El líder cubano Fidel Castro afirmó que si algo dejó el encuentro es que la opinión mundial conozca “el caos político que reinó y el trato humillante al que fueron sometidos muchos jefes de Estado por el actuar demagógico de Estados Unidos y sus aliados”.
“El presidente estadounidense, Barack Obama, pronunció un discurso engañoso y demagógico, lleno de ambigüedades, que no implicaba compromiso vinculante alguno e ignoraba el Convenio Marco de Kyoto”, agregó.
La cita, que terminó el sábado, decidió -entre otras cosas- crear un fondo de financiamiento de USD 100 000 millones en asistencia anual a países en desarrollo para 2020. Y limitar el calentamiento global a un aumento máximo de 2 grados centígrados sobre niveles preindustriales.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, sostuvo ayer que la cumbre fue un fracaso, pero señaló sentirse contento porque -a su juicio- se rompió la hegemonía que imponían los países industrializados en estos debates.
“Esta cumbre ha fracasado”, afirmó el mandatario durante una reunión con alcaldes de un poblado rural en el sudeste del país, donde se refirió al evento en el cual se opuso, junto a otras naciones, a los acuerdos impulsados por EE.UU., China, la Unión Europea, India, Brasil y Sudáfrica.
En San Salvador, la Iglesia Católica se pronunció porque los países del mundo adopten acciones concretas que eviten que continúe incrementándose el calentamiento global, pues “en la cumbre de Copenhague no se consiguió mayor cosa” .
Pero el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, consideró que el resultado es un importante paso adelante en las negociaciones para el primer acuerdo (climático) “realmente global”.
Así se refirió en una declaración emitida desde la capital danesa. También agradeció al gobierno de Dinamarca por haber llevado las negociaciones a “un exitoso cierre con avances sustanciales”.
Dijo que ahora trabajará para convertir la declaración de Copenhague en un acuerdo vinculante para todo el mundo.