Pese a que se asignaron USD 800 millones a fines de 2009 para el sector inmobiliario, la construcción de vivienda no despega.
El Régimen vio en este sector un puntal para reactivar el empleo y la economía, pero en la práctica los recursos no están fluyendo como se esperaba.
El problema principal es la falta de proyectos, señaló Ramiro González, presidente del Consejo Directivo del Seguro Social.
Esta entidad firmó con los constructores un convenio para financiar proyectos por USD 200 millones, pero de las 32 propuestas formales que recibió, apenas se concretó una: el proyecto Rieles de Monay, en Cuenca, cuya inversión alcanza USD 30 millones.
Ahí está previsto construir 552 unidades habitacionales, entre casas, departamentos, locales, guarderías y gimnasios, en un período de 26 meses.
Del análisis que hizo el IESS a los proyectos presentados se desprendió que los promotores no entregan toda la documentación, la rentabilidad es inferior a la esperada y no alcanzan el punto de equilibrio financiero.
Este tipo de falencias demandan que el constructor o promotor inmobiliario rehaga su proyecto. Y eso toma más tiempo, añadió Felipe Corral, del Colegio de Arquitectos de Pichincha.
Pero, además, recuerda que los proyectos deben ser aprobados por los municipios y registrados por el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi), lo cual toma meses. Esto a su vez desestimula la generación de nueva oferta habitacional.
En el caso del Banco Ecuatoriano de la Vivienda (BEV), que cuenta con USD 200 millones, su reglamento exige que estos trámites municipales estén listos, pero el trámite de aprobación demora, reconoció Alberto De Guzmán, gerente de la entidad. Pero mientras estos proyectos se alistan se está calificando a los que ya tienen un buen nivel de avance.
En proceso de calificación están 35 proyectos por 107 millones. Pero seis están aprobados, por 5 millones, según indicó la Cámara de la Construcción de Quito.
Otra razón que no permite que la construcción se dinamice es que ahora se da más tiempo al comprador para que cubra su cuota de entrada, según Germán Carvajal, de MarketWatch.
Hasta mediados de 2008, por ejemplo, un comprador de vivienda debía pagar el 30% de entrada en 12 meses. En el último año se extendió a 18 y 24 meses.
Esto también ocasiona que las ventas de un proyecto, en promedio, ya no tomen año y medio, sino dos años y medio y hasta tres.
Esta ampliación en el tiempo también se dio, en buena medida por la crisis económica.
Quienes desean adquirir vivienda piensan dos y tres veces antes de endeudarse.
“La incertidumbre económica hace que se detenga el endeudamiento, porque la gente piensa en su estabilidad laboral a largo plazo y, por otra parte, ve que su capacidad de pago es insuficiente”, aclaró Carvajal.
Gonzalo Vivero, Vicepresidente Ejecutivo de Banco del Pacífico, coincidió en que una de las principales limitaciones para otorgar hipotecarios es que la capacidad de pago es apretada.
En algunos casos los ingresos familiares son insuficientes y, en otros, existe dificultad para completar las cuotas de entrada.
También influye que los clientes tengan una calificación baja en la central de riesgos.
Al Pacífico se le asignó USD 200 millones para créditos, de los cuales ha recibido 25 millones.
En sus oficinas se han presentado unas 800 solicitudes formalmente, de las cuales 250 están en proceso de aprobación.
Y de estas 250, ya fueron aprobadas totalmente 110, aunque solamente se han hecho desembolsos de 20 operaciones.
Por todos estos inconvenientes, tampoco fluye la entrega de bonos urbanos de USD 5 000
Hermel Flores, titular de la Cámara de la Construcción de Quito, explicó que el Miduvi ha calificado 15 000 solicitudes de bonos, pero aún no se efectivizan.
Finalmente, Flores cree que estas situaciones incidirán en que la generación de nuevas plazas de trabajo sea postergada, hasta que se inicien nuevos proyectos.