Jean Claude Juncker, premier luxemburgués y presidente del Eurogrupo, dijo ayer que esta organización, que reúne a los ministros de Economía de los países de la Zona Euro, “cometió un error bastante grave de negligencia en cuanto a Grecia, ya que no se preocupó como hubiera debido por la situación que se fue creando”.
En una entrevista publicada por el diario alemán Suddeutsche Zeitung, Juncker -que mañana será confirmado por otro bienio en la presidencia del Eurogrupo- advirtió que la salida de Grecia de la Zona Euro “tendría consecuencias comparables con la de un terremoto, provocando una reacción enormemente negativa sobre los mercados financieros” .
La Unión Europea (UE) subrayó que “de ahora en adelante no dejará en paz a Atenas y exigirá saber constantemente a qué punto ha llegado en su programa de reformas”, definido para llevar su déficit público por debajo de 4% del Producto Interno Bruto (PIB) antes de que termine el año.
El caso de Grecia -donde la relación déficit-PIB alcanzó niveles cuatro veces superiores a los permitidos por el Tratado de Maastricht, y el Gobierno falsificó los datos estadísticos enviados a las instituciones europeas- deberá servir para reformar sustancialmente los mecanismos de control de Bruselas, agregó Juncker.
Según el Premier luxemburgués, es necesaria una coordinación más estrecha de las políticas económicas en la Zona Euro, para garantizar que en el futuro haya una vigilancia más amplia y severa de la competitividad de los diferentes países. “Tendremos que estar atentos a que las diferencias no crezcan cada vez más, porque una zona monetaria no puede resistir en el tiempo si las diferencias entre los presupuestos de cada una de las economías nacionales se vuelven muy grandes”.
Los resultados difundidos el pasado viernes por los institutos estadísticos de los países de la UE, acerca de la evolución del PIB, fueron todos negativos, del -5% de Alemania al -4,9% de Italia -el peor dato desde 1971- pasando por Francia, que con su -2,2% registró el año pasado su peor evolución desde el final de la Segunda Guerra Mundial. La evolución general en el Viejo Continente fue tan negativa que hasta el 0,1% registrado en promedio por el PIB de los países de la Zona Euro en el cuarto trimestre de 2009 -respecto al trimestre anterior- no logró evitar que el año pasado se cierre con un dato negativo: -4%.
Por su parte, la economía griega está en un momento crítico. La deuda pública es mayor al PIB anual y casi cuadruplica el límite fijado por la UE. En un encuentro informal de la UE en Bruselas, el pasado viernes, los 16 miembros de la Zona Euro decidieron respaldar a Grecia o a cualquier otro miembro del grupo que se encuentre ante serios problemas fiscales. A cambio, exigirán reformas. En las últimas semanas, el estado del presupuesto de Grecia ha generado una gran presión en los mercados de acciones de todo el mundo e hizo crecer el temor de que la crisis se extendería hacia otros miembros de la Zona Euro, como España y Portugal.
La mirada de los operadores de mercado y de los analistas económicos está ahora concentrada en la reunión del Eurogrupo (ministros de Economía y Finanzas de la Zona Euro) de mañana y del Ecofin (ministros de Economía y Finanzas de los 27 países UE) del martes, a la espera de algún dato más concreto sobre cómo se podría articular el apoyo de los socios europeos a Grecia.
Sin embargo, Simon Johnson, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), adelantó que la crisis fiscal de Grecia y España no tendrá efectos globales y abogó por una reestructura financiera. “No creo que sea posible un efecto dominó. Veo, más bien, un impacto en EE.UU. y si es así, sería más bien indirecto. Pero esta es una crisis europea”, manifestó en entrevista con el diario chileno El Mercurio.
El único efecto directo en otro país que no sea Estados Unidos se daría “si algunos de los bancos españoles se ven en problemas; podría afectar directamente a Latinoamérica, donde tienen una fuerte presencia”, puntualizó.