La legislación tributaria en el Ecuador, intocada por años debido al embrujo petrolero, tuvo un cambio importante a partir del año 1988, cuando se iniciaron las reformas que cambiaron la estructura tributaria del país; las mismas que además dieron señales claras a los agentes económicos sobre el cambio del modelo de desarrollo que se venía implantando hasta la fecha.
Como toda reforma estructural, la tributaria no estuvo exenta de controversias, pero la iniciativa de abrir espacios amplios de discusión sobre el contenido de la misma, permitió la aprobación de las reformas propuestas.
Para incrementar la eficiencia en la recaudación de impuestos, se incorporó al sistema financiero y se eliminaron las ventanillas de recaudación en las oficinas de rentas del país.
Con la incorporación de nuevas tecnologías, y con el advenimiento del SRI, se fue poco a poco mejorando la administración tributaria.
Nuevas reformas tributarias se implementaron para continuar mejorando la recaudación, y ampliando de ese modo la base de contribuyentes.
Desde el año 2000 hasta la fecha, la presión tributaria, medida por la recaudación neta de impuestos con relación al PIB ha ido creciendo. De un indicador de 10,4% en el año 2000, subió al 13,0% al cierre del año anterior.
Una subida importante. Las recaudaciones del Impuesto a la Renta, subieron de un 1,7% en 2000 al 5,0% en 2009, lo que significa que de una participación del 16,4% del total de las recaudaciones en 2000, el Impuesto a la Renta pasó a representar el 38,5% en 2009.
A pesar de que el año anterior fue un año recesivo, las mejoras en la legislación y en la administración tributaria incidieron en el incremento de la recaudación del Impuesto a la Renta, la misma que subió en 0,7% del PIB. En relación con el Impuesto al Valor Agregado, IVA, las recaudaciones internas subieron en 0,9% del PIB, lo que compensó la caída de las recaudaciones del IVA externo que por las restricciones a las importaciones disminuyó en 0,5% del PIB.
El desempeño de la administración tributaria en estos últimos tres años difiere con los resultados de la administración de aduanas.
Del año 2007 al 2009, la recaudación de aranceles en relación con las importaciones bajó de un promedio del 7,6% en el período 2001 y 2002, a un 5,1%, sin que haya mediado una reforma arancelaria.
Más aún, en el año 2008, cuando las importaciones crecieron un 36,4% en relación con 2007, las recaudaciones arancelarias llegaron al 4,8% de las importaciones, nivel similar al del año 2009, cuando se introdujeron algunas restricciones a las importaciones. Estas cifras contrastan con lo que viene sucediendo en la administración de las rentas internas.
Por consiguiente, la simplificación de la estructura arancelaria y la fusión entre el SRI y la CAE son temas que deberían de analizarse con profundidad.