Para que el país reciba USD 480 millones del Fondo Latinoamericano de Reservas (Flar) acordó tener en la entidad “un depósito a plazo de renovación automática por un valor inicial de 250 millones”.
Así quedó establecido en el Acuerdo de Depósitos Mínimos suscrito el 8 de julio de 2009.
Y cinco días después fue acreditado el monto total del crédito en un solo desembolso y con una tasa de interés de 4,20%.
En la cláusula segunda del documento se determina que el monto de dicho depósito irá disminuyendo proporcionalmente conforme se pague el capital.
Además, esta inversión será remunerada a una tasa de interés trimestral, la cual dependerá de las condiciones de mercado.
Para varios analistas financieros, como Marco López, este depósito significó una garantía adicional que el país tuvo que dar para recibir el financiamiento. Y representó un inversión de mediano plazo (tres años), es decir, no es liquidable de inmediato para cubrir las necesidades del BCE. Las condiciones generales que pone el Flar a sus miembros consiste en plazos máximos de tres años, uno de gracia, un límite de crédito de 2,5 veces el capital del país. También se fija una tasa de interés libor a tres meses.
En el caso de Ecuador, su aporte de capital, al 12 de febrero pasado, era de USD 186,3 millones, por lo que a la fecha que se otorgó el crédito el país accedió a su cupo límite de préstamo.
Karina Sáenz, ex gerenta del Banco Central, defendió las condiciones en que se negoció este crédito. Según dijo, el BCE logró condiciones favorables en un momento de crisis financiera y cuando el país entró en un proceso de reestructuración de la deuda externa, por lo que no era tan sencillo acceder a financiamiento. De hecho, en la cláusula cuarta del contrato se menciona que este depósito “no se considerará como garantía del crédito”.
Por su parte, el experto en riesgos, Roberto Almeida, señala que al país se le pone “cuesta arriba” acceder a financiamiento. “Al menos de manera rápida, dudo mucho que se pueda conseguir fondos. Los inversionistas analizan todos los indicadores de riesgo. Y en eso, Ecuador no está bien parado. Aunque duela decirlo, la actual imagen del país no ayuda en el exterior”.