La calidad de la comunicación o de la información ¿puede ser regulada o garantizada por una ley?
Sabemos que las leyes son recursos de amparo, a veces, para ciertas cosas. Me parece que si el mundo se diseñara en un papel o en una ley sería obviamente mucho más sencillo. Lo que sabemos es que siempre hay interpretaciones a esa ley. También hay que hacer distancias entre lo que entendemos por información y comunicación.
¿Qué distancias?
Por un lado, la noción de información está en la idea de la transmisión, como si los contenidos llegasen a su destino interpretados exactamente de la forma en que queremos. Pero, eso es un campo más complejo. En la comunicación influyen muchísimas variables que van desde el poder, los contextos de recepción, las líneas editoriales, desde dónde se habla o de qué punto de vista se informa. Desde esta noción se puede decir que una ley que regule todo eso es imposible. El lector y la audiencia siempre interpretarán ese mensaje desde contextos, situaciones, nociones e historias personales específicas.
Y en información ¿se puede dar lo mismo?
Depende de lo que entendamos como información. Puede ser publicitaria, persuasiva, académica. Uno pudiera hablar desde distintas nociones de lo que entendemos por información. No es solo lo que se publica en los medios. Me parece que lo que se debe hacer es tratar de tener un buen oficio de construcción de esa información. Y ni siquiera creo que ese buen oficio se relacione con no tener posturas ideológicas. Lo que se debe ser es serio, precisamente, en cómo se constituye la información. Hay que ser serios en cómo recabar la evidencia, cómo se la cita, en qué tipo de fuentes se utiliza para sostenerla. De ahí, pensar que la información se pueda regular no es así. La idea de la objetividad es mentira.
Para hacer un buen oficio, ¿qué tanto influye, la formación de comunicadores o periodistas?
La formación da unas líneas de trabajo. La educación, bien entendida, enseña lo que es el oficio, pero también debe estar cruzada por algunas preguntas éticas que se haga sobre lo que se está construyendo. Si hay buena formación, el periodista se pregunta por qué sucede algo.
En esta parte, ¿qué acciones deben tener en cuenta los medios casa adentro?
En cuanto a formación, hay cosas que puede dar la universidad, pero otras los propios medios. La gente puede estar concentrada en nuevas líneas, como el periodismo con nuevas tecnologías y en el mismo oficio de escribir. También, la discusión de las agendas que se están colocando. No creo que la ideología sea mala de por sí, lo importante es que en el marco de esas ideas se sea un buen periodista. Además se debe tomar en cuenta que la gente que lee los diarios, el público, saca sus propias conclusiones. La recepción no se puede regular , la gente va a tildar lo que le parece.
¿A qué se refiere?
Los procesos de recepción son tan complejos que no es que significa que los medios están metiendo ideas a la gente. Si fuese así de sencillo sería un mundo fantástico y los gobiernos caerían o ganarían porque los medios hablan mal o bien de ellos. Hay que darle crédito al receptor. Las regulaciones que se quieran aplicar deben tomar en cuenta eso. No hay que proteger al receptor bajo una figura de pobre muchacho que no puede decidir. No se lo debe subestimar.
Al proponer la nueva ley de comunicación la creación de un consejo de comunicación, ¿se está subestimando al público?
Las teorías de recepción dicen que las lecturas son diversas e incontrolables. Esta idea de que voy a hacer algo para que la gente piense de determina forma ya no la vivimos. La lectura es compleja y se le puede dar muchas significaciones. La recepción está en el orden de lo ingobernable, pero ello no significa que no hay que ser responsable en la producción de la información.
Pero se dice que la audiencia es manipulable…
Creo que, en este momento, se ha generado una suerte de discusión en muchos ámbitos en los cuales se dice que hay que proteger a la gente. Se plantean organismos o consejos de sabios para tratar de decir cuidado con esto. Deben haber ciertas reglas, por supuesto. Pero, creo que hay un derecho a la libertad de expresión que es superior a ciertas regulaciones. Se debe privilegiar en los medios la capacidad de poder decir. Creo que es complicado cuando alguien pueda interpretar lo que es malo o nocivo para alguien. Hay que darle a la gente el poder de decidir qué puede ver o de decir qué le parece. En este sentido, los observatorios de medios de comunicación, si no terminan en cosas punitivas, son importantes.