El tomate está caro, es la expresión que repiten tanto compradores como vendedores de tres mercados de Quito. En el Mercado Mayorista la libra se ofrece al público a USD 2, cuando en condiciones normales cuesta la mitad.
“Es demasiado. Me toca comprar el producto porque es básico para la comida de mi familia”, explicó Sandra Ruales, residente del barrio de Solanda, quien realiza sus compras en el mercado más grande de la capital.
Los precios al por mayor también se incrementaron. Según la comerciante María Lema, la caja subió de USD 8 a 18, mientras que la gaveta, de USD 10 a 22.
Precios similares se registran en el Mercado Central de la ciudad. Nancy Caisaluisa, dueña de un puesto de verduras y hortalizas, comentó que la caja ha llegado a costar hasta USD 25. La libra se vende a USD 1 cuando normalmente cuesta USD 0,50.
La comerciante atribuye este incremento a la baja producción del tomate causada por la sequía en la Sierra norte, zona donde se encuentran los cultivos.
Los productores, en cambio, tienen otra explicación. Luis Pasos, quien tiene una plantación en el Chota, asegura que prefiere vender esta hortaliza a compradores colombianos, quienes les pagan un precio mayor.
“Ellos ofrecen USD 15 por una caja de tomate que cuesta 12. Como el producto se va a Colombia, aquí escasea y por lo tanto sube”.
Esta situación se replica en los productores de plátano verde o barraganete. Beatriz Ortiz, quien tiene una finca en Santo Domingo de los Tsáchilas, asegura que los comerciantes de Colombia pagan altos precios por el verde.
Los vendedores de la Asociación de Comerciantes Santo Domingo, que expenden la fruta en los mercados de la capital, cuentan que los colombianos pagan USD 5 por la caja de 55 libras, cuando los comerciantes nacionales no dan más de USD 2.
“Esto ha producido que poco barraganete se quede para el mercado interno. El racimo de 130 verdes también ha subido de precio. Antes se vendía en USD 10 y ahora está casi en USD 13”, comentó Vinicio Acurio.
Los más afectados por esta situación son los consumidores. Johana Macías, dueña de un restaurante de comida costeña, compra el verde en el mercado de Santa Clara y comentó que los racimos medianos cuestan hasta USD 6.
“Es muy alto ese precio. En otras épocas he encontrado la misma cantidad del producto entre USD 1,50 y 3. No sé qué voy a hacer si el valor sigue incrementándose”.
Ella no es la única consumidora que se lamenta por el incremento de los costos de varios productos.
Carlos Andrade, dueño de un restaurante, sigue padeciendo la escasez y los altos precios del azúcar, pese a que el Gobierno comenzó hace dos semanas una campaña para abastecer directamente a los consumidores.
“El precio se disparó a causa de la escasez en el mercado. Antes el saco lo encontraba a USD 27 y ahora me venden en más de 40. Los comerciantes abusan de las personas que necesitamos el producto para poder trabajar”.
Andrade tiene que comprar semanalmente un quintal de azúcar para la elaboración de 20 pasteles que vende en su restaurante.
Los comerciantes minoristas también están afectados por la falta del endulzante y su elevado precio. Catalina Rojas, dueña de un local de abastos ubicado en el mercado Central, asegura que no está vendiendo azúcar porque el saco está a USD 44. “Yo no puedo ganar 1 centavo por libra vendiendo a USD 0,45 cada una y nadie va a comprar si vendo más caro”.
Para Arturo Morocho, presidente de la Asociación de Comerciantes de Abastos del Mercado Mayorista, la explicación a esta situación es la fuga del producto hacia Colombia. “Mientras no haya regulación, no bajarán los precios y continuará la escasez. Hemos pedido mayores controles pero no sucede nada”.