Son las 19:00 y en el centro de Esmeraldas pocos son los locales que aún permanecen abiertos. La mayoría cierra sus puertas desde muy temprano. El miedo a las bandas delictivas y a las extorsiones a comerciantes ha hecho que esta zona comercial se vea afectada.
La reducción de los negocios y de sus horarios de atención se ha sentido con mayor fuerza en el último año. Aunque los militares que integran la Fuerza de Tarea Conjunta afirman que la situación va mejorando, pues comentan que hace seis meses los negocios cerraban a las 14:00.
Pero en la actualidad Esmeraldas vive una de las olas de violencia más fuertes del país. Los reportes oficiales señalan que asta octubre se contabilizaron 325 asesinatos. La cifra duplica las estadísticas de crímenes que se registraron en todo 2021. Ese año hubo 151 muertes violentas.
Ante toda esta situación, los esmeraldeños aún conservan pocos sitios referenciados como seguros para locales y turistas. Uno de estos es la playa Las Palmas. Este sitio, ubicado en el norte de la ciudad, se ha convertido en un refugio de la gente ante la violencia. Su malecón goza de 25 000 metros cuadrados. Tiene una amplia iluminación en las noches y espacios para el disfrute de chicos y grandes.
Al contrario de lo que ocurre en el centro, en las noches la gente se reúne en Las Palmas para hacer bailoterapia y cantar. Policías y militares custodian este sitio las 24 horas del día. Se ha convertido en la otra cara de la ciudad. Los restaurantes ofrecen comida típica e internacional.
Las familias se concentran en los juegos infantiles con sus hijos. “Es el único lugar en donde podemos estar tranquilos. Los otros parques de la ciudad se han convertido en sitios para peleas y para consumir drogas”, dice una madre de familia.
Ella vive cerca de la Catedral de Esmeraldas. Esa zona también se ha visto afectada por las bandas. En el último año, en sus alrededores se han perpetrado al menos tres crímenes. En todos, la Policía reportó que en los ataques se
realizaron más de cinco disparos.
Los fines de semana, la gente también se vuelca a Las Palmas. Allí las familias pasan la mañana y tarde a la orilla del mar. Es la única playa que tiene la ciudad. Hasta el momento no se han reportado hechos de violencia en esta zona. Por eso, los militares acuden periódicamente para vigilar si existe presencia de miembros de bandas delictivas.
Los informes de Inteligencia policial dan cuenta que la injerencia de las mafias en este sector es mínima. Pero tienen reportes de que las redes de extorsión sí han llegado a este sector.
Los dueños de los locales evitan hablar de esta situación, pero tampoco niegan que sean extorsionados. “En toda la ciudad están pidiendo vacunas. Por lo menos aquí dejan trabajar y los turistas llegan”, dice un comerciante. La Alcaldía y la Gobernación tienen planificadas en esta zona varias actividades y programas festivos para la comunidad. Para esto se ha pedido el refuerzo del control antiarmas en las calles y accesos más cercanos.
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