Cada vez son más los niños y adolescentes que exigen medidas urgentes para contrarrestar el cambio climático, siguiendo la estela que inició la activista medioambiental Greta Thunberg en 2018, lo que se plasmó con el primer pabellón Infancia y Juventud en la COP27, realizada en Egipto.
La india Licypriya Kangujam tiene tan solo 11 años pero empezó su trayectoria como activista medioambiental hace cuatro, cuando asistió por primera vez a una conferencia sobre desastres naturales de la ONU en Mongolia que le permitió entrar en contacto con científicos, líderes, políticos y otros activistas que compartían sus mismas preocupaciones.
Su temprano interés por la defensa del medioambiente le viene prácticamente de nacimiento: “Nací en la ciudad de Manipur, llena de biodiversidad, pero crecí en Bhubanewswar, donde mi vida se vio azotada en 2018 y 2019 por dos ciclones que acabaron con la vida de miles de personas. Después me mudé a Delhi, donde el aire es irrespirable y las olas de calor, insoportables”.
Todo ello la motivó a alzar la voz para conseguir políticas que frenen el cambio climático y creen un modelo de desarrollo centrado en el respeto por el entorno natural y la vida de las personas, donde la justicia climática ocupe el lugar que le corresponde en la agenda de líderes mundiales.
Javier Vera es otro de los niños activistas. Es colombiano, tiene 13 años y empezó su lucha por el medioambiente con 9, motivado inicialmente por los derechos de los animales y que con el tiempo adoptó una posición más completa de las diferentes aristas alrededor del cambio climático.
Los incendios que asolaron la Amazonía hace cuatro años y que se siguen repitiendo cada verano despertaron la preocupación de Vera por la defensa del medio natural, motivación que incrementó cuando conoció las acciones de la sueca Greta Thunberg.
Recados para los gobiernos
“Sacrificar la vida de millones de niños por los fracasos de nuestros líderes es inaceptable; en lugar de gastar billones de dólares en guerras, deben de invertirlos en acabar con la pobreza, en educación y en la lucha climática, así el mundo sería un lugar muy diferente”, afirmó Licypriya Kangujam.
Kangujam denunció que sus voces fueron silenciadas en la COP27, porque no se les permitió compartir su mensaje con los líderes mundiales en ninguna sesión.
Coincide con ella Javier Vera, quien pidió a los gobiernos del mundo que tomen acciones inmediatas para que “no les recuerden como aquellos que permitieron un atentado contra la vida, un gran daño contra el planeta”.
Añade que están reaccionando “muy lentamente cuando el tiempo apremia”.
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