El carril del trolebús en la calle Guayaquil, en el Centro Histórico, el viernes a las 09:10, estaba despejado. Entre los articulados no había las acostumbradas filas de autos pequeños.
fakeFCKRemoveLa presencia de un grupo de policías de Tránsito y de decenas de conos a lo largo de la vía ayudaba al control. Pocos conductores se arriesgaban a cometer la infracción de circular por el carril exclusivo.
Hugo Salas, conductor de una buseta de transporte escolar, intentó avanzar por la vía en sentido norte-sur, pero no lo hizo. “He visto cómo los policías sancionan y quitan puntos en la licencia. Los controles son sorpresivos. Solo voy por ese carril cuando no hay operativos”.
Según la Empresa Trolebús, los puntos de control de la Policía ayudan a disminuir la invasión.
Alexandra Matamoros, conductora de un Hyundai negro, de placas PXT 345, recibió hace un mes una boleta de citación por invadir el carril en la av. 10 de Agosto y Colón, en el norte.
Desde aquella ocasión, Matamoros decidió no volver a circular por la vía exclusiva, para no ser reincidente. “Invadí porque estaba atrasada. Las calles están congestionadas. Ir por ese carril es una alternativa, pero eso está mal y es prohibido”, reconoce.
No todos opinan como Matamoros. Andrés Bonifaz, chofer de un taxi de la cooperativa Cumandá, invadió el carril en la Recoleta, en el centro-sur. Para él, es más rápido circular por esta vía para llegar a la Plaza Grande. “Hay tráfico en la 5 de Junio y en El Trébol. Por aquí siempre está despejado”.
En el tramo que pasa por la parada Jefferson Pérez, la Recoleta hasta la plaza de Santo Domingo, se calculó que 1766 autos invadieron el carril, cada día, entre el 7 y el 11 de junio. El estudio lo realizó personal de la empresa Trolebús, desde las 08:15 hasta las 11:15, durante cinco días.
En esos horarios, infringieron la ley 706 conductores de autos particulares, 17 carros de Estado y 1043 taxistas.
En promedio, 715 conductores de automóviles circularon, cada hora, por la av. Maldonado, la Borrero y la Rocafuerte. La Recoleta es uno de los puntos más congestionados que afecta a la velocidad de los articulados.
Según la empresa, el número de infractores disminuyó después de una campaña que se realizó con mimos. Antes de la misma, cada día, por este sector circulaban 3000 automotores.
Desde mayo, con la aplicación del pico y placa, los buses aumentaron la velocidad de 10 km/h a 16 km/h. Pero el propósito del control de la vía es que los troles circulen a una velocidad promedio de 18km/h.
La invasión del carril exclusivo afecta a la movilidad de más de 250 000 pasajeros, que utilizan diariamente este transporte.
Otro de los sitios frecuentes de invasión del carril es el tramo entre la Estación Norte hasta la parada La Y, en sentido norte-sur. En el paso a desnivel de la 10 de Agosto, entre las 07:30 y las 09:00, una fila de autos circulaba por la vía del trole.
El viernes, los conductores de los articulados se comunicaban en códigos numéricos por radio. Así coordinaban para que los troles circularan en contraflujo por el carril sur-norte.
José Cuero, médico que manejaba un GrandVitara azul, reconoció que estaba interrumpiendo el paso de los articulados. Sin embargo, agregó que en esta vía todos los conductores se acostumbraron a invadir el carril. “No hay un solo policía que haga respetar la circulación del trole”.
Esta semana, el personal de la Empresa Trolebús iniciará una investigación para determinar cuántos autos invaden el carril en el paso a desnivel de la avenida 10 de Agosto.
La Policía continuará con los operativos de vigilancia. Juan Zapata, de la Dirección de Control de Tránsito, explicó que los operativos son constantes. La invasión de los carriles exclusivos se sanciona, según la Ley de Tránsito, con una multa equivalente al 10% de la remuneración básica unificada (USD 24) y la reducción de tres puntos a la licencia de conducir.
“Cuando se encuentran infractores, los policías hacen filmaciones y toman fotos del registro de número de placa”.