El dulce y penetrante olor a chicha se esparció en pocos minutos. En el parque El Arbolito se repartió esta bebida tradicional de la Amazonía en pozuelos de madera. Fue una especie de energizante luego de la caminata que realizaron unos 300 dirigentes indígenas desde Puyo (Pastaza) hasta la capital. Sumaron 150 kilómetros que recorrieron en 11 días y con esporádicos descansos, como una simbólica forma de celebrar los 20 años del primer levantamiento indígena. En sus rostros no se reflejaba el cansancio; tuvieron energía para hacer música con las cajas (tambores hechos con piel de animal) y animar a los asistentes a través del baile tradicional. Incluso, el propio presidente de la Conaie, Marlon Santi, danzó con sus familiares, quienes no se separaban de sus lanzas y cuchillos artesanales. En círculos bailaron por 15 minutos para luego caminar hacia una tarima que se adaptó en el parque. Alrededor, mujeres y niños sarayacu se organizaron para tomar un espacio y estirar las piernas. Entre ellas, Myriam Cisneros, esposa de Santi, quien llevaba a su hijo Arawi en brazos. Junto a ella, Cristina Gualinga, de 69 años, descansaba sus pies. “Los primeros días me dolían las piernas, pero luego ya no. Esto vale la pena. Queremos que no haya más explotación minera ni petrolera”. La mujer de ojos rasgados disfrutó de la fiesta que se vivió ayer en El Arbolito, como un preámbulo para la entrega de un mandato a la Asamblea Nacional. Entregan hoy pedidos concretos. Entre ellos, que el estatuto del Estado plurinacional sea transversal y que la consulta prelegislativa de la Ley de Aguas sea vinculante. Contraria a las últimas movilizaciones, la que llegó ayer a Quito fue pacífica. Los policías solo resguardaron el lugar, mientras los indígenas cantaban y bailaban al ritmo de las canciones contestatarias de Jaime Guevara. Los discursos contra el presidente Rafael Correa no faltaron. Las punzantes palabras de Santi avivaron los ánimos de los indígenas. “En nuestra propia Patria somos tratados como extranjeros, con un decreto presidencial se eliminan los convenios que por derecho asisten a las organizaciones indígenas”. Incluso recordó que el Presidente ha amenazado con quitarles la sede de la organización. Instó también a que el Primer Mandatario explique el gasto de USD 18 millones en la campaña publicitaria. La chicha se seguía repartiendo. Todos preveían dormir allí entre cánticos.