La Escuela Superior de la Policía se ha convertido en el escenario de dos actos delictivos en contra de mujeres. Una de las indagaciones se centra en el femicidio de María Belén Bernal y otra, en la agresión sexual a una cadete.
En los dos casos, la Fiscalía ha iniciado pesquisas tanto en las instalaciones como en el personal que trabaja en ese centro de estudios. Agentes fiscales ya han ingresado a la Escuela para determinar las responsabilidades e implicados.
En el caso de María Belén Bernal, el principal sospechoso es Germán C., quien era su esposo y también teniente de la Policía. De hecho, este oficial (que se ha convertido en el hombre más buscado del país) era parte de la nómina de instructores que formaban a los futuros oficiales de la Policía.
En el expediente judicial se devela que el oficial tenía relaciones extraprofesionales con las cadetes. Aunque no significa un delito como tal, esto sí se contrapone con los principios y reglamentos de la Escuela Superior.
Por eso, el presidente Guillermo Lasso ordenó una reestructuración en la formación de los futuros oficiales. Eso generó que el director del centro superior fuese removido de su cargo y, en su lugar, sea designada una oficial mujer.
La nueva autoridad es Irany Ramírez, una coronel que lleva 29 años en la institución. Entre los nuevos objetivos que tiene están reestructurar la malla curricular de los cadetes para fomentar los derechos humanos de las mujeres.
Como parte de los cambios, la nueva directora también ha designado a más mujeres en cargos jerárquicos y en la lista de instructores. Doris Viteri, otra oficial, fue designada subdirectora de la Escuela Superior. Verónica Arcos es la jefa de instrucción y Catalina Haro es la jefa académica.
Es la primera vez, en 33 años, desde que la Escuela Superior de Policía abrió sus puertas en Pusuquí, que la entidad es dirigida en su totalidad por personal femenino.
¿Cómo era antes?
EL COMERCIO accedió a la nómina de la institución y constató que hasta 2021 no había mujeres en cargos jerárquicos. Una muestra de esto era el equipo de instructores de la Escuela Superior. Según los documentos oficiales, este centro de estudios tenía 29 instructores para formar a las cuatro promociones de cadetes. Pero entre ese grupo de formadores apenas había cinco mujeres: una capitán y cuatro tenientes. Los demás eran oficiales hombres que se encargaban de instruir a los futuros oficiales en áreas académicas, deportivas, de espíritu policial y otras. En esa lista constaba Germán C.
Tres cadetes y excadetes hablaron con este Diario y contaron que los oficiales varones tenían todo el control de la escuela y que, por ser una entidad jerarquizada, ellos no podían acusar ni reclamar situaciones en contra de sus superiores.
Así mismo, los instructores varones tenían plena libertad para ingresar a las instalaciones ocupadas por las cadetes. Eso también consta en los expedientes judiciales que reposan en la Fiscalía.
Entre los testimonios se indica que la noche que fue asesinada María Belén Bernal, “algunos” cadetes escucharon gritos, pero no reportaron al ECU-911. Además, que el teniente Germán C. pidió a una cadete que no dijera nada y que se metiera en su dormitorio.
Por todos estos hechos, la Fiscalía ha pedido los reportes de las cámaras de videovigilancia de la Escuela Superior y también determinó que no se destruya el edificio donde se presume ocurrió el femicidio de Bernal. Esto pese a que el presidente Guillermo Lasso anunció la demolición públicamente.
En cambio, en el caso de la cadete que fue agredida sexualmente se conoce que el delito se perpetró en una de las garitas. La joven señaló ante la Fiscalía que el responsable estaba con el rostro cubierto.
En la nómina de la Escuela Superior se indica que hasta 2021 existían siete guardias. Todos eran varones y de bajos rangos, como cabos y sargentos segundos. Los cadetes consultados por este Diario dijeron que los instructores también tenían control sobre ellos. “Por eso en los videos se ve a mi teniente (Germán C.) entrando ebrio a la Escuela Superior y nadie le dice nada. Es muy difícil que un cabo reporte a un oficial”, señaló uno de los futuros oficiales.
Por todos estos hechos, desde la Comandancia de la Policía se confirmó la apertura de sumarios administrativos en contra del personal masculino. Pero los resultados de esas auditorías no se conocen, ni hay sanciones disciplinarias. Mientras tanto, las nuevas autoridades del centro prevén realizar cambios en el personal de instructores y formadores.
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