Los tres pescadores llevaban droga en una pequeña embarcación, que había zarpado desde Esmeraldas. El 13 de mayo, un guardacosta de los EE.UU. los capturó en aguas internacionales. Los entregó a la Policía ecuatoriana junto con 10 kilos de droga que supuestamente transportaban.
Según la Policía, para sacar el alcaloide al exterior, los narcos se aprovechan de los ríos cubiertos con manglar y que conectan al mar. La estrategia se aplica en provincias como Esmeraldas, Guayas, Manabí y El Oro.Esmeraldas es utilizada como zona de zarpe para trasladar la droga en lanchas, generalmente adaptadas. Las embarcaciones, tipo fibra, se movilizan con dos motores fuera de borda y abastecen a los barcos pesqueros y de carga, que luego llevan el cargamento a EE.UU. y México.
Las parroquias La Tola y Las Peñas, del cantón Eloy Alfaro, son puntos claves para el tráfico de estupefacientes, precursores químicos y combustible. La Policía dice que de estos dos últimos son llevados hasta Colombia.
El 22 de mayo del 2009, la Armada junto con la Policía se incautó de 5 000 galones de gasolina que se hallaban en tres bodegas clandestinas en La Tola. Y en mayo de este año se decomisaron 25 tanques de gasolina artesanal que en el mercado interno se expende para la pesca local, pero también puede usarse como precursor para fabricar droga.
Otras zonas localizadas como puntos de embarque en Esmeraldas son Rocafuerte (Rioverde), Súa (Atacames) y San José de Chamanga (Muisne).
Hasta julio, 537 389 gramos de droga fueron incautados. Y se registran 89 detenidos por delitos relacionados con el narcotráfico. Además, se han establecido vínculos entre organizaciones que operan en Manabí, Santo Domingo de los Tsáchilas y Esmeraldas.
En El Oro la situación no es diferente. La Autoridad Marítima incrementó el personal en los cinco retenes dispuestos en los puertos Bolívar (Machala), Hualtaco (Huaquillas), Jelí (Santa Rosa), Bajoalto (El Guabo) y Pitahaya (Arenillas).
El capitán de Puerto Bolívar, Alfredo Arboleda, dice que el personal de los retenes aumentó de cuatro a ocho.
La vigilancia se hace con ocho lanchas rápidas. Para la Marina, es crítico el control en las zonas de frontera. La Policía de El Oro tiene identificadas a las áreas del manglar en Hualtaco, en el límite costanero con Perú, como un paso para el ingreso de precursores. “Son sectores críticos las áreas con salidas directas al mar. Allí redoblamos los patrullajes”, indica Arboleda.
Para lograr un mayor patrullaje, desde esta semana arribaron a Puerto Bolívar dos embarcaciones de la Armada. La fragata Alfaro y la corbeta Loja anclaron en el estero Santa Rosa, frente al malecón del Puerto. Estas harán controles mediante lanchas pequeñas hasta el 9 de agosto.
En Manabí, en cambio, sus 350 kilómetros de playas se han convertido desde hace 10 años en una de las zonas para embarcar migrantes y droga hacia barcos pesqueros en el Pacífico.
Los narcotraficantes tienen centros de operación al sur, por Puerto López, y al norte, entre Jama y Pedernales. Hace tres años, 90 bultos aparecieron flotando en las playas de Salando y Salaite (Puerto López).
Un barco pesquero que estaba anclado arrastraba el cargamento del alcaloide que estaba agrupado en una red en la base de la embarcación. Cuando los buzos, que se dedican a la extracción de concha spondylus, se sumergían a las profundidades en busca del molusco observaron el cargamento y cortaron la red. Eso provocó que los paquetes en forma de ladrillo que estaban agrupados en sacos de nailon negro empiecen a flotar, recuerda José, un habitante de Salango.
“Fue un sábado, al día siguiente llegó un grupo de 15 hombres armados con machetes y ametralladoras. Queremos nuestra droga gritaban y empezaron a buscar a los buzos”, recuerda José.
Machetearon a dos hombres, secuestraron a un menor de edad que después de cinco días lo abandonaron en Guayaquil y hasta dispararon al aire en señal de impotencia, pues su droga había sido extraviada.
Las playas, consideradas clandestinas, y que son visitadas por los narcotraficantes, coyoteros y quienes se dedican a la venta ilícita de combustibles, están en Pedernales, Jama, Jaramijó, sur de Manta, Jipijapa y Puerto López.
En esos lugares, muchos pescadores han cedido a las presiones de los narcos y se han dedicado a transportar droga, pero a un alto precio. En mayo, dos manabitas fueron detenidos frente a las costas de Guatemala por agentes estadounidenses. Ahora enfrentan cargos por tenencia de drogas. Esperan su juicio en un centro de rehabilitación de EE.UU.
Entrevista
Santiago Losa
Ex jefe policial
Santo Domingo de los Tsáchilas es uno de los cantones donde se han encontrado altas cantidades de droga. ¿Cómo se trabaja en cuanto a seguridad?
Lo que hemos realizado son constantes operativos con la finalidad de mantener la seguridad en esta zona.
Pero entre esta provincia, Manabí y Esmeraldas se ha formado un triángulo donde se mueven los narcos, según Inteligencia. ¿Cuáles son los puntos más conflictivos en Sto. Domingo?
Lo que se ha podido detectar en nuestras operaciones diarias es que los puntos de mayor peligro está en la vía hacia Quevedo. Allí tenemos, por ejemplo, las poblaciones de Patricia Pilar y Luz de América, que colinda con Los Ríos.
¿Han podido detectar presencia de alcaloides en estos sectores?
Tenemos controlado todo en esta zona. Los servicios de Inteligencia trabajan para verificar si existen laboratorios que procesan drogas o si operan expendedores de productos ilícitos. Por eso, hace pocas semanas, encontramos un laboratorio en la parte que limita entre Santo Domingo y Esmeraldas.
¿En qué condiciones hallaron la infraestructura?
Parece que no entraban en funcionamiento, hallamos restos de químicos.