La azuaya Mercedes Landi volvió este año a la rutina que tenía hasta el 2008. Cada dos semanas, ella llega desde su natal Paccha hasta las empresas de courier ubicadas en el Centro Histórico de Cuenca para enviar o recibir paquetes remitidos de su hijo Gustavo Lata.
Este emigrante azuayo reside actualmente en el barrio neoyorquino de Queens, en EE.UU., y envía a su progenitora USD 100 cada dos semanas.No es un monto alto, pero sí lo es para ella considerando que el año pasado no recibía nada. Al contrario, esta azuaya tuvo que enviar alrededor de USD 1 500 para que su hijo, quien trabaja como albañil, no regrese al Ecuador. Gustavo Lata no encontraba empleo.
Landi tiene claras las razones por las que su hijo ya le envía dinero: la crisis que afectó el año pasado a EE.UU. está cediendo y los ecuatorianos poco a poco están recuperando sus empleos.
Su percepción no es errada. De acuerdo con los datos de la evolución de remesas del Banco Central del Ecuador (BCE), Azuay fue la única provincia del país que registró un incremento de remesas durante el primer semestre de este año, en comparación con el mismo período del 2009.
En estos seis meses, Azuay recibió USD 218,8 millones por este concepto, un 2% más que en el mismo período del año pasado cuando ingresaron USD 214,8 millones a la provincia.
Aunque aún no alcanza el nivel del 2008, cuando llegó a USD 240,6 millones (ver gráfico).
Esa realidad contrasta con lo que ocurre a escala nacional. En el primer semestre de este año ingresaron al Ecuador USD 1 106,4 millones por este concepto. Un 5% menos que en el mismo período del año pasado, cuando se registraron USD 1164,2 millones.
Según el informe del BCE, la caída de las remesas en el resto del país se explica por la complicada situación fiscal que atraviesa España, con un desempleo que bordea el 20%. En Azuay no se refleja la situación porque sus emigrantes no tienen como su destino principal España sino EE.UU.
Por eso, la recuperación económica de ese país se evidencia en esa provincia. Según un registro de la Pastoral Social de Cuenca, el 80% de los emigrantes del Austro está radicado en EE.UU. El resto en España, Italia y otros países.
Sandra Saltos no conoce sobre el informe del BCE. Lo que ella sabe es que su esposo tiene más trabajo. El año pasado no laboraba más de 25 horas a la semana y ahora supera con facilidad las 40. Él trabaja en un restaurante y su salario es de USD 10 por hora.
Los ejemplos son innumerables y en su mayoría hablan de una recuperación de remesas respecto al 2009. María Duchimaza, del cantón azuayo de Paute, tiene nueve hermanos viviendo en EE.UU. y aunque no todos están económicamente bien, ella admite que la situación ya es mejor que la del año pasado. “Por lo menos tienen trabajo”, afirma.
Jessenia Arévalo, del cantón Santa Isabel, también recupera la confianza. Tiene 10 familiares en EE.UU., entre hermanos, primos y tíos. “La mayoría de ellos retomó la costumbre de enviar dinero, tras casi un año de no hacerlo”.
Según Arévalo, no envían en la misma cantidad, pero cree que sí hay una recuperación.
Para el analista económico Marcelo Vásquez, la economía estadounidense aún no es estable. No obstante, asegura que sí se puede notar una leve recuperación de los puestos de trabajo para la mano de obra no calificada.
Según Vásquez, el sector inmobiliario y de la construcción, que es uno de los más atractivos para los migrantes ecuatorianos, aún se mantiene débil como consecuencia de la crisis del 2009.
Los sectores que han impulsado la recuperación en el envío de remesas son los de la economía informal, dice el experto.
No obstante, los niveles de ingresos por remesas aún están lejos de sus picos históricos en Azuay. El primer semestre del 2007 se reportaron ingresos por USD 286,2 millones.
Pero el entorno no es tan positivo para los migrantes radicados en EE.UU. por la Ley de Arizona. Eso le preocupa Duchimaza, Saltos, Arévalo y Landi.