Introducción: Cuando Nicole Morillo me recibe, su pelo aún está mojado y no lleva puestos los aretes. Ella estudió orfebrería en Italia y desde hace 11 años cogerencia Fiamma, la joyería que tiene junto con su prima. Sigue diseñando, pero ya no haciendo; su habilidad manual queda para otras actividades, que ella prefiere no calificar de artísticas sino de vitales. “Si no hago algo con las manos, me vuelvo loca”, me dice mientras conversamos rodeadas de sus creaciones (objetos varios), que hacen de su casa un sitio bello. Allí vive con Lorenzo, un schnauzer que no sabe que es perro ni que es viejo (12 años). De fondo suena Ryuichi Sakamoto y la vida parece perfecta.