La mujer es el centro de la vida en todas las culturas, a la par que en todas las religiones. Este ámbito cultural y religioso influye notoriamente para exaltarlas o minimizarlas; pero en el seno de las sociedades hay prácticas constantes de violencia abierta o camuflada. Extremos de discriminación tienen paÃses africanos o asiáticos, entre los que ocupa la India el primer lugar de violencia sexual pública, mientras en los paÃses árabes será el fanatismo de los musulmanes lo que les impulsa a los rÃgidos controles de su vida social y familiar.
El mundo occidental situó un dÃa internacional para rendirle homenaje. La Biblia, base de las religiones judÃa y católica, indica que Dios, al crear al hombre y la mujer como habitantes de un paraÃso, lo hizo para que llenen el mundo de muchos hijos. Luego en un libro cortÃsimo “El cantar de los cantares”, atribuido al rey Salomón, hace hablar a la mujer asÃ: Dame un beso de tus labios. Son más dulces que el vino tus caricias, deliciosos al olfato tus perfumes. Llévame pronto contigo. ¡Llévame, oh rey, a tus habitaciones! El hombre dice: Las curvas de tus caderas son como adorno de oro fino. Tu ombligo es una copa redonda donde no falta el buen vino. Tus pechos son como dos gacelas. Amor mÃo, mujer encantadora, qué bella y hermosa eres. Ella concluye: Anda, amado mÃo, vamos al campo. Allà te daré mi amor.
Freud, al estudiar la neurosis femenina recogió los estudios médicos y aportes filosóficos para elaborar la teorÃa de la afectividad en base al Eros griego y concluyó que la cópula era la cima del amor sexual, y denominó como libido aquella energÃa liberada de los instintos hasta transformarse en amor. Afirmó que esa intimidad reprimida en la mujer generaba desajustes como la neurosis, la paranoia y el desvÃo homosexual. Fue acusado de lo que hoy serÃa pornográfico, pero a través de esa nueva visión dejó sentada la premisa del psicoanálisis: en los cinco años iniciales de vida se fijan las imágenes sexuales futuras que reposan en el inconsciente, y en la pubertad surgen tendencias de vida compartida entre amor espiritual y búsqueda de pareja.
Realizada la mujer como madre, perpetúa la especie humana. La inspiración que brindó su belleza fue tallada en mármol en la Venus de Milo por los griegos y en la Maja Desnuda pintada por Goya, mientras dejó Da Vinci el mejor rostro enigmático en la Gioconda. Asimismo, poetas de todas las épocas, novelistas, biógrafos escogieron a la mujer para sus inspiraciones. VÃctor Hugo, quien amó toda su vida a la mujer en varias versiones, según Henri Guillemin, dÃas antes de su muerte, a sus 83 años escapó de su casa en ParÃs para hacer el amor con una camarera.
Y el español Gustavo Adolfo Becquer la exaltó: “Podrá nublarse el sol eternamente; podrá secarse en un instante el mar; podrá romperse el eje de la tierra como débil cristal, pero jamás en mà podrá apagarse la llama de tu amor”.