Ecuador afronta desafíos significativos en la salud mental de niños, adolescentes y jóvenes. Un aspecto que requiere atención es el reconocimiento y manejo de emociones.
La encuesta nacional Tu Voz, Tus Derechos confirma este hecho. El 20% de pequeños enfrenta dificultades para identificar y gestionar sentimientos negativos. Entre ellos, la tristeza y el estrés.
El Ministerio de Salud Pública (MSP) ha revelado que el 20% de niños y adolescentes muestran síntomas de depresión o ansiedad, subrayando así la urgente necesidad de mejorar tanto la prevención como el tratamiento de estas condiciones.
Además, la persistente crisis económica en los hogares desencadena la depresión y la ansiedad, lo que también impacta significativamente en la salud mental de los niños y adolescentes.
El análisis situacional realizado por Childfund revela que uno de cada tres menores de entre 5 y 17 años confiesa que en su hogar no hay suficiente dinero para cubrir todos los gastos.
Este desafío se agrava aún más al conocer que dos de cada diez niños menores de nueve años y cinco de cada diez de entre 10 y 17 años han llegado a la escuela o colegio con hambre por no desayunar.
Abordar estas preocupaciones económicas para promover un ambiente más saludable se vuelve prioritario en las aulas, la casa y a nivel comunitario.
Ahondar en las soluciones ayudaría a reducir los índices de abandono escolar; la vinculación de niños y adolescentes a bandas delictivas.
Otro de los desafíos es bajar el riesgo a que consuman alcohol y drogas a temprana edad.
El acoso emocional y los riesgos de abuso físico y sexual son problemas adicionales que enfrentan los niños y adolescentes.
Según Childfund, uno de cada tres niños ha experimentado amenazas, intimidaciones o agresiones por parte de otros niños, niñas y adolescentes.
La necesidad de implementar medidas para prevenir el acoso y proteger a los jóvenes de posibles abusos es imperativo. Las estrategias deben estar diseñadas para dentro y fuera de las instituciones educativas.
El 10% de los niños y adolescentes en el país ha considerado o intentado suicidarse, lo que indica la gravedad de estas situaciones.
Se requiere una acción coordinada entre gobierno, organizaciones de la sociedad civil y la comunidad para dar el apoyo necesario.
La población más vulnerable demanda entornos que promuevan su bienestar emocional.
En conclusión, abordar la salud mental de niños y adolescentes en Ecuador es fundamental para garantizar un desarrollo saludable y sostenible.