Acortar el tamaño del Estado, atacar la corrupción y cumplir con la utilización correcta del dinero recaudado.
Cuando se tiene moneda propia se puede fijar la paridad frente al dólar y establecer la cantidad equilibrada de moneda nacional.
El malestar por no tener una moneda propia se ha manifestado recientemente en Francia y Grecia, pero también se ha sentido en Zimbabue, El Salvador, Ecuador y Argentina.
En el tsunami de rumores, uno de ellos concierne a una posible desdolarización. No hay condiciones para desdolarizar, comunica el Comité Empresarial. Cabe agregar que una desdolarización ordenada es imposible, al menos en 2015.
Quienes critican la dolarización dicen –con razón– que este formato le impide al país ejercer una política monetaria autónoma. Yo me pregunto: ¿si adoptáramos una moneda propia podríamos controlar la cantidad de dinero que circula en la economía? La respuesta es no.