A partir de la destitución, suscrita el 21 de julio-2015, del español Fernando Albericio, rector de la Universidad Yachay Tech, firmada por los miembros de la Comisión Gestora, se ha hecho pública la crisis que padece ese centro de estudios. Cuando se creó fue considerado por el correísmo un emblemático centro-modelo de formación al nivel de posgrado. La cesación de la máxima autoridad fue el resultado de críticas que él realizó por vivir en esa realidad educativa.
Al situar los elementos del costo, que supone su presupuesto para el 2015 de USD 14 millones para burocracia administrativa de 100 personas, y de las altas remuneraciones de sus ejecutivos, a cuya cabeza están los USD 16 300 del Rector, se advierte que la inversión por estudiante, siempre fue muy alta. Peor aún para este año de crisis fiscal.
No hay ningún indicio correctivo que debería partir de decisiones que demuestren austeridad en esos niveles de gasto, porque su mentalizador, René Ramírez, sigue incólume en la Senecyt y ya recibió el respaldo irrestricto del poder presidencial.
Ello demuestra, una vez más, que los razonamientos críticos hechos por el exrector Albericio han caído en el vacío; al igual de lo que sucederá con la multitudinaria oposición de estos días para cerrar el paso a la reelección indefinida presidencial, que es la joya de las enmiendas que aprobará la Asamblea Nacional.
Dicha Comisión Gestora, una especie de ejecutivo administrativo múltiple, no ha conseguido ningún financiamiento externo y sigue siendo su presupuesto total con fondos ecuatorianos; mientras que ha quedado, como cifra ambiciosa, atender a 10 000 estudiantes, para lo cual se necesitaría contar con un altísimo presupuesto de mantenimiento. Comenzó con 187 alumnos de varias regiones del país, según se enunció en abril-2014, al igual que 16 docentes-PhD y 8 profesores de inglés.
Al momento ya concluyó su trabajo la consultora inglesa Parret Laver, conocida como “caza talentos”, destinada a reclutar catedráticos de renombre internacional que aceptarán vivir en esa ciudad del conocimiento, donde se proyectaban tener 11 académicos, un canciller/vicerrector, cinco decanos y cinco vicedecanos de Facultad. Se conoce que solamente se han conseguido tres, según afirma Albericio desde Barcelona, donde actualmente vive.
Con base en estas anomalías, comenzó a intervenir la Contraloría, pero ya anunció José Andrade -como Rector encargado- que no se debería hacer un circo. Mientras, en el sistema oficial de contratación pública aparecen 37 procesos adjudicados por Yachay Tech desde junio-2014 por USD 3 509 046. Continúa que “fue un error mío aceptar ese tipo de gobierno de cuerpo colegiado, pues creo que el modelo adecuado es el que tiene cualquier Universidad: un Rector con un grupo de consejeros y asesores”.
El país espera que el actual Rector haga declaraciones para saber si se corregirán estas anomalías. Todo dentro de un programa de trabajo.
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