Cuando fracasó el intento de la única mujer que se propuso encabezar la Organización de las Naciones Unidas en 2006, un diplomático asiático ejemplificó la situación con una cita bíblica: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que una mujer sea secretaria general de la ONU”.
Pero como bromeó una caricatura de New Yorker no relacionada con ese hecho: “Quizá necesitemos agujas más grandes o camellos más pequeños”.
La candidata en cuestión, Vaira Vike-Freiberga, presidenta de Letonia (1999-2007), nunca llegó al piso 38 de la Secretaría General de la ONU, donde tiene su oficina el jefe del foro mundial.
Sus competidores entonces eran todos hombres: el secretario general adjunto Shashi Tharoor, de India; el excanciller de Afganistán, Ashraf Ghani; el embajador de Jordania, el príncipe Zeid Raad al-Hussein; el vice primer ministro de Tailandia, Surakiart Sathirathai, y el secretario general adjunto Jayantha Dhanapala, de Sri Lanka.
El sexto candidato, el entonces canciller de Corea del Sur, Ban Ki-moon, terminó siendo el elegido para ocupar el cargo secretario general, que asumió en enero de 2007.
Durante la mayor parte de sus 70 años de existencia, la ONU se ha caracterizado por el predominio masculino, característico de la cultura política. El ambiente parece cambiar, aunque las apariencias suelen resultar engañosas en las cuestiones políticas del foro mundial.
Pero si la actual campaña para que una mujer encabece la Secretaría General toma impulso, quizá todavía sea posible que, a fines de este año, la ONU haga historia en un mundo en que la población femenina representa casi la mitad de sus 7 000 millones de habitantes.
Por primera vez en la historia del foro mundial, el presidente de la Asamblea General, de 193 miembros, el danés Mogens Lykketoft, dijo que está comprometido con un “proceso abierto y transparente” en la elección y designación del próximo secretario general.
Todos los países miembros recibieron una invitación para enviar sus candidaturas al presidente de la Asamblea General, así como al del Consejo de Seguridad. En la tercera semana de marzo se habían presentado siete, cuatro hombres y tres mujeres. Entre ellas, Srgjan Kerim, de Macedonia; Vesna Pusic, de Croacia; Ígor Lukšic, de Montenegro; Danilo Türk, de Eslovenia; Irina Bokova, de Bulgaria; Natalia Gherman, de Moldavia, y Antonio Guterres, de Portugal.
“Creo que llegó el momento de tener una secretaria general”, sentenció Jessica Neuwirth, una de las fundadoras y presidenta honoraria de Igualdad Ya. “Ban Ki-moon declaró que le gustaría que una mujer lo sucediera; algunos países miembros apoyan formalmente esa idea”, anotó.