La Franja de Gaza limita al sur con Egipto, al norte y oriente con Israel, y al occidente con el Mar Mediterráneo. Allí se dieron en 2007 violentos enfrentamientos entre miembros de dos movimientos fundamentalistas, Hamas y Fatah. Como resultado de esa guerra interna, Israel decidió bloquear por mar, tierra y aire la Franja, basándose en un principio del Derecho Internacional según el cual es obligación de cada Estado proteger a sus habitantes (Hamas, con proyectiles caseros, ataca a la población judía asentada al otro lado de la frontera). Para hacer efectiva esta decisión, los israelíes controlan el ingreso de productos con destino a Gaza, para ello designaron al Puerto de Ashdod, en territorio israelí, como el lugar de desembarque de ayuda humanitaria para los residentes en la Franja de Gaza.
Algunas ONG organizaron la llamada Flotilla Libertad, que llevaría bienes para la población palestina en Gaza. Cinco de las seis naves que la conformaron aceptaron dejar la ayuda en el Puerto de Ashdod; la sexta, de bandera turca, no acató la orden de las autoridades israelíes, e intentó arribar a otro puerto. Fue interceptada por militares judíos, y en el enfrentamiento murieron nueve turcos, y más de 40 personas resultaron heridas.
Ante este acontecimiento, países como Alemania, España, Francia, que tenían ciudadanos de esas naciones en la flotilla, convocaron al Embajador de Israel acreditado ante sus gobiernos para pedirle explicación del hecho. Argentina, Bolivia, Cuba, México, Paraguay, Uruguay condenaron lo sucedido. Nicaragua, que no se ha destacado por tener un hombre inteligente en la Presidencia, suspendió relaciones diplomáticas. Venezuela las rompió hace más de un año. Ecuador, Sudáfrica y Turquía llamaron a sus embajadores a lo que en la jerga diplomática se conoce como “consultas”. Sudáfrica ordenó el mes pasado el retorno de su embajador a Tel Aviv.
Cuando se convoca a consultas a un embajador es para dar explicaciones al Presidente y al Ministro de Relaciones Exteriores de los hechos acaecidos, y del estado de la relación bilateral. Nuestro embajador sigue en Ecuador desde hace casi tres meses en que fue traído, pero ¿ha sido invitado a Carondelet para dar explicaciones? ¿Le han llamado al Palacio de Najas, con el objeto de informar a Patiño y al vicecanciller uruguayo?
Israel morigeró su posición: disminuyó el bloqueo; aceptó se conforme una comisión internacional para analizar lo sucedido; aprobó que Naciones Unidas participe en la distribución de ayuda humanitaria y en el suministro de material para la construcción de hospitales y colegios.
Las autoridades de Cancillería que dicen conocer de geopolítica, tercamente dejan a Ecuador sin Embajador en Israel, ¿qué esperan para normalizar las relaciones? ¿Acaso el visto bueno de Caracas?