Que Dios nos dé a todos los ecuatorianos salud y paz durante el 2011, son mis sinceros deseos para el año que recién comienza.
En lo económico, que se reduzca la participación del Estado en la economía y se incentive la producción para que se genere empleo, y que el Estado reduzca el gasto corriente para aminorar el déficit fiscal actual.
Que el Gobierno sea más eficiente en sus inversiones en salud, educación, carreteras y en obras de infraestructura, lo cual considero que ha sido la gran obra del Gobierno de la Revolución Ciudadana.
Que los Estados Unidos nos renueve por muchos años más, el Tratado de preferencias comerciales andinas que nos otorgó hace años, lo cual permite que cientos de nuestros productos ingresen a ese mercado sin arancel alguno. Que el Ecuador logre acuerdos comerciales con sus principales “socios” para incentivar la producción, para cuyo efecto debe otorgarles a los empresarios los incentivos tributarios que reclaman. Que el Gobierno le otorgue a los inversionistas nacionales y extranjeros, la seguridad jurídica requerida para atraer sus capitales; y, que en materia de petróleo, gas y minas, obtenga que multinacionales de primer orden inviertan en exploración y explotación del oro negro, del amarillo, y del gas.
En lo social y en lo político, que el Ejecutivo baje el nivel de confrontación que ha mantenido con sus opositores durante los 4 años de Gobierno, y que logre los consensos necesarios para aprobar y/o reformar las leyes que se requieren.
Que se respete el derecho a la propiedad privada y que se combata efectivamente a todos los invasores de tierras.
Que el Vicepresidente de la República continúe desarrollando la ejemplarizadora labor que realiza en el campo social, la cual es digna de elogios.
Que el Ministro Fiscal General y el Procurador General del Estado, continúen honrando los altos cargos que ejercen.
Que en materia de seguridad, el Contralmirante Arellano y el Ministro Vera Arrata, trabajen mancomunadamente con los alcaldes de las ciudades más peligrosas del país para combatir la delincuencia, y otorgarnos la seguridad que demandamos los ciudadanos.
Que a la Función Judicial se le otorguen los recursos económicos que requiere para capacitar a sus funcionarios y para incrementar el número de juzgados, para obtener una eficiente administración de justicia. Que la impunidad deje de campear en el Ecuador y que se disminuyan drásticamente las muertes, violaciones y asaltos que se cometen a diario en nuestro país.
Que se fortalezcan todas las instituciones del Estado. Que se respete la libertad de opinión y de expresión que establece nuestra Constitución, la cual ha estado en juego en muchos casos.
Estos son mis sinceros deseos para el 2011.