Este artículo se iba a llamar originalmente “Bundespräsidentenstichwahlwiederholung”, pero ante el peligro de causar una tortícolis ocular a los lectores y, sobre todo, de producirle algún daño glótico al editor de este Diario que, minucioso como es, iba a tratar de pronunciar ese impronunciable trabalenguas, decidí poner la traducción al español de la “repetición de la segunda vuelta”, evento que ocurrió en Austria el año pasado.
Las elecciones presidenciales austriacas tienen, al igual que en nuestro país, la posibilidad de una segunda vuelta si ninguno de los candidatos alcanza un cierto porcentaje en la primara vuelta.
En abril del año pasado y para consternación de muchos, la primera vuelta la ganó Norbert Hofer , un político muy cuestionado, del FPÖ, un partido alineado con la renaciente ultraderecha nacionalista europea, un partido que parece no haber vivido el siglo XX, donde tanta ideología totalitaria causó destrucción y muerte.
La victoria de Hofer fue triste, pero para la segunda vuelta, todos los partidos con conciencia democrática se unieron alrededor de Alexander van der Bellen, un profesor universitario y militante del partido ecologista.
Y para el alivio de muchos, van der Bellen ganó la segunda vuelta en mayo 2016, pero poco después aparecieron algunos cuestionamientos a ese último proceso electoral, sobre todo por errores en el manejo de la votación por carta y por la publicación de ciertos resultados electorales antes de que se termine el proceso electoral.
Las quejas llegaron hasta la Corte Suprema que dictaminó que las elecciones debían repetirse, lo cual fue como un balde de agua fría para todos losque habíamos respirado con alivio con los resultados de la“primera” segunda vuelta. Es importante resaltar que una de las razones para ordenar una repetición fue que con resultados tan apretados (50,3% contra 49,7%), unos pocos votos hubieran podido cambiar al ganador.
Pero los demócratas austriacos no se amilanaron y simplemente unieron más fuerzas y llamaron a sus conciudadanos a votar masivamente en la “segunda” segunda vuelta que se fijó originalmente para octubre, pero que luego se aplazó para diciembre.
Para alegría de todos, Vander Bellen volvió a ganar la segunda vuelta,y esta vez con una mayor diferencia (53,8%contra 46,2%). Inmediatamente la paz retornó al país y hoy nadie discute la legitimidad del presidente. Actualmente los austríacos están concentrados en resolverlos problemas del país, en enfrentarlos retos de Europa, los temas de los refugiados y la perdida de competitividad en un mundo globalizado.Si bien Austria es un país especialmente culto, tampoco se podría decir que está habitado exclusivamente por angelitos. Pero eso sí, hay mucho que aprender de ellos.
@VicenteAlbornoz