Otra vez Ecuador debatirá sobre herencias y desigualdad social ante la intención gubernamental de legislar sobre la transmisión de la propiedad.
La desigualdad social crece en todas partes. Es un sistema socioeconómico que la alimenta, pero hasta que este cambie, se debe contrarrestar la pobreza y la desigualdad con las reglas que están al frente, las de la rentabilidad o así modificarlo. Algo es algo. El discurso anticapital sin alternativa socioeconómica resulta vacío.
Además, ya estamos en otra situación con la importancia económica de las clases medias. Gran parte del ahorro, de las viviendas y parte de las pequeñas y medianas empresas son de este sector. ¿Conviene frenar a este sector o, al contrario, estimularle? Frenarle es poner trabas a su pequeño capital o ahorro, a su propiedad por pequeña sea. Medidas para frenar la riqueza o la herencia deben considerar lo que esto implica también para este sector mayoritario, pues para el futuro económico es clave lo que los hijos y nietos pueden hacer con los bienes ahora adquiridos.
En efecto, para crear una empresita y con ella empleo, lo crucial es acceder a capital. Hipotecar una casa ayuda, si está garantizada la transmisión de la herencia. En clases medias toma, al menos, dos generaciones, con las casas ya pagadas, para que este patrimonio sirva de garantía o medio para acceder al capital. Mi casa así, más la de mi hijo, no servirán sino a mis nietos para que ellos puedan hipotecarlas y tener el capital para crear una empresa y empleo para sí y para otros.
Un ejemplo práctico. El cineasta canadiense Xavier Dolan, 24 años, con 4 películas exitosas, dos premios en el Festival de Cannes, realizó su primera película con un ínfimo capital. Desde la segunda le apoya una amiga que se convierte en productora, al convencer a su amplia familia, de la campaña, que todos pongan sus ahorros y sus casas en hipoteca para lograr USD 100 000. La familia arriesgó sus casas. La estabilidad de la propiedad y de las normas bancarias cuentan en esto.
Amenazar las herencias no da los resultados esperados. Por castigar a la típica oligarquía latinoamericana se destruye a los demás. Ella es experta en torear leyes y controles por el sistema socioeconómico reinante, para no pagar o fraccionar la riqueza; frenan la economía, al no invertir, lo que conlleva más desempleo y pobreza.
Más conviene usar la riqueza para beneficio social. La fiscalidad puede ayudar para incentivar u obligar a que el capital nacional se invierta, al liberar de impuestos a los que reinvierten en el nivel interno, al menos se les garantiza que recuperarán sus inversiones sin que se les quite vía impuestos. Alimentar las empresas nacionales debe ser una meta para crear empleo y reducir pobreza. Es el salario la mejor garantía para ello.
Canalizar la riqueza acumulada es mejor que amenazarla.