El Presidente de la República ha expresado que el revés que sufrió Alianza País en las elecciones del domingo último, en lo que tiene que ver con las alcaldías de las principales ciudades del país, que han constituido su bastión, ha sido un remezón, que dará lugar a la reestructuración de la directiva del Movimiento y al cambio de estrategias.
En Quito, que es el caso que más preocupó al Mandatario y en el que puso mayor empeño en la campaña, que dirigió personalmente, eclipsó al candidato y no pudo endosarle en las urnas su apoyo, aunque hay quienes opinan que sí aportó con su carisma y respaldo popular, ya que, en caso contrario, hubiese sido más aparatosa la derrota del doctor Barrera.
Muchos ciudadanos que votaron por Mauricio Rodas han expresado que, más que por favorecer al joven candidato, quisieron demostrar su inconformidad con las actuaciones del Alcalde que buscaba la reelección, por su falta de liderazgo, sumisión al Presidente y por su ineficiencia en el desempeño de tan complejas funciones; y, la protesta al economista Correa por su autoritarismo; concentración de poderes; insultos y mofas, impropios de un estadista, a los adversarios, a los que cataloga de enemigos; excesiva propaganda gubernamental; sectarismo, que reconoce el propio Mandatario; etc. Un mensaje, una lección que deben ser captados en su verdadera dimensión.
No obstante la derrota sufrida en la gran mayoría de las capitales de provincia, Alianza País se mantiene como la primera fuerza política a escala nacional, ya que ha obtenido 11 de 23 prefecturas, las alcaldías de 66 cantones y un alto número de concejales y miembros de juntas parroquiales, según datos del CNE. Ante este revés, el primero tras 10 triunfos en las urnas, el presidente Correa anunció también la oxigenación del Gabinete, que contemplará, seguramente, la entrega de premios consuelo a candidatos de esa agrupación política perdedores en los recientes comicios.
Una vez que pasó la contienda electoral es hora de que se superen las desavenencias y agravios, producto del calor y la pasión proselitista y que aúnen esfuerzos, del Gobierno Central y los organismos seccionales, para el trabajo conjunto que requiere la solución de los diversos problemas y el cumplimiento de las ofertas de campaña de los dignatarios electos, aunque algunas de ellas son utópicas.
Hace pocos días se reunieron tres prestigiosos exalcaldes de Quito en Ecuadoradio y recordaron que durante la época de la “partidocracia” cuando un Alcalde Metropolitano y los ediles llegaban por primera vez a su despacho, simbólicamente se despojaban de la camiseta de sus respectivos partidos y se cobijaban con la bandera azul y rojo de Quito para trabajar sin egoísmos ni cálculos políticos por el bien de todos los habitantes del cantón. Una de las razones del éxito característico de los burgomaestres de la capital. Un buen ejemplo que merece imitarse.