Las 60 000 entradas se agotaron en un par de horas gracias al aporte de los revendedores. El estadio Atahualpa resultó pequeño, pese a que pocos años antes le llamaron “elefante blanco”. Más de 10 000 aficionados vieron el partido de pie. Ese domingo 29 de julio de 1959 fue histórico en la trayectoria del fútbol quiteño. El famoso Real Madrid de España se presentó, con todas sus estrellas, frente a la Selección de Pichincha.
Los anuncios destacaron que decir ‘Real Madrid’ era nombrar al ‘mejor equipo del mundo’. ¿Y cómo así llegaba a la lejana capital ecuatoriana? Pues, porque realizó una gira por América del Sur, luciendo sus astros, especialmente el extraordinario número 9 Alfredo Di Stéfano y el cañonero zurdo Ferenc Puskas, argentino y húngaro, respectivamente. Además, al veloz puntero izquierdo español Fernando Gento y al sólido defensa uruguayo José Santamaría, por nombrar a los más destacados. Los otros integrantes eran también figuras de relieve, entre ellos el arquero Domínguez, el delantero argentino Rial, el español Zárraga.
El club español nació el 6 de marzo de 1902, como Madrid Football Club y pronto se destacó tanto que en 1920 su dirigencia recibió una carta firmada por el rey de España, Alfonso XIII, autorizando que usara el título de ‘Real’. Desde entonces funcionó el Real Madrid, que a estas alturas (2014) sigue brillando.
Pichincha puso un buen equipo, hablando en términos nacionales. El colombiano Mejía en el arco (jugó también Luis Pedrahíta); el atlético Eduardo Zambrano, el habilidoso Clemente Rodríguez, el robusto Gustavo Guerrero, el argentino Brizzone y el colombiano Leonel Montoya en las líneas posteriores. Adelante, el flaco Hugo Mantilla, el elegante Gem Rivadeneira, el regateador Leonardo Palacios, el paraguayo Atilio López y el excelente cañonero -también argentino- Roberto ‘Pibe’ Ortega. Lo mejor que había en casa.
El profesionalismo se había instalado pocos años antes, en 1954, en Pichincha, con las siglas de AFNA (Asociación de Fútbol No Amateur), encabezado por Pablo Guerrero y Germán Dávila, presidente y gerente, respectivamente. El árbitro fue el argentino Horacio González.
Ya en la cancha quiteña, el Real Madrid hizo honor a su fama. En el primer tiempo Ferenc Puskas disparó tres impecables cañonazos zurdos. Tres golazos. En el segundo, el crack “saeta rubia” -el argentino, luego nacionalizado español- Di Stéfano marcó dos goles más. El Pibe Ortega entró al concurso de potencia y anotó el gol de honor para Pichincha. Total, 5-1.
La afición salió un poco triste por la paliza pero feliz por la demostración del Real Madrid y siguió de cerca las andanzas españolas, europeas y mundiales del equipazo que pasó por Quito. Además, claro, de sus rivales, especialmente del formidable club Barcelona que nació en 1899 y ahora se juega un permanente duelo con el Real. Sin que falten, de vez en cuando, las incursiones del Atlético de Madrid, el club colcho nero nacido en 1903.