Resulta edificante iniciar el nuevo año aprendiendo unas cuantas lecciones que todo buen revolucionario debe saber, sobre todo si la cátedra viene de uno de sus ejemplares más altivos. Después de todo, luego de cuatro intensos y recorridos años, a muchos ya nos está cogiendo el cansancio convertido en conformismo, por lo que es recomendable refrescar la memoria antes de que nos agarre nuevamente la fiebre eleccionaria, y nos olvidemos de todo creyéndonos el cuento de que los problemas universales se resuelven en 10 preguntas de sí o no. Para la lección, no hace falta ser parte del círculo íntimo, tan solo basta leer la entrevista publicada en este medio al Presidente de la Asamblea, para llegar a algunas conclusiones básicas, de lo que todo revolucionario ejemplar debe hacer cuando está en el ojo del huracán.
Lección número 1: Negarlo todo. Todo buen revolucionario sabe que ante cualquier dificultad o problema, la mejor estrategia es negarlo todo y sacar el cuerpo. Que la responsabilidad siempre sea de otros. Jamás el revolucionario astuto asumirá la responsabilidad sobre la tarea que realiza o institución que encabeza, siempre negará responder sobre los actos, acciones u omisiones de quienes dependían de él, para eso basta afirmar iracundo: “Usted, entonces, está hablando con la persona equivocada, no tengo nada que ver”.
Lección número 2: Atacar a toda costa. Así es, de acuerdo con el manual revolucionario, toda piedra, pequeña o grande, que uno encuentra en el camino, se la retira con la agresión. No importa si esta es física o verbal, lo importante al final de cuentas es deshacerse de las incomodidades, y para eso no hay mejor antídoto que el ataque inmediato. Para esto, se deben usar aquellos adjetivos más cargados para descalificar al periodista, pues cualquier intento de desacreditar al otro, debe ser por naturaleza implacable. Por eso las palabras “mentiroso”, “carroñero”, “insolentes recaderos”, “payasada”, están a la orden del día.
¿Qué otra cosa se puede esperar de un revolucionario obediente y ávido de los hábitos de su jefe inspirador?
Lección número 3: Todos a tú alrededor son tus potenciales enemigos. Otra lección aprendida del edificante ejemplo cotidiano, luego de 4 años de tener una patria altiva. No importa si él o ella fueron tus ex compañeras/os de lucha. No importa si aquel ex compañera/o ya fue traicionado una vez, la máxima revolucionaria dicta hacerlo cuantas veces sea necesario. Se descorcha la respuesta: “Ese tema vaya investíguele a Alberto Acosta, si quiere nombres y apellidos”. Con tal de defenderse, es válido hundir a propios y extraños, la lealtad, realmente es un producto neoliberal. Ahora sí, recomiendo que lean la antológica entrevista y ¡no olviden sus lecciones!