La gobernanza con sesgos ideológicos, prejuicios y posturas políticas contrarias al pragmatismo, que solo se ha preocupado del electorado para no perder votos y mantenerle obnubilado con un discurso altisonante, le ha llevado al Ecuador a perder tiempo y unos buenos años en los que pudo avanzar más rápido como lo han hecho otros países. Ese es el caso de Colombia y Perú, para no ir lejos, al cierre del 2015.
Con un discurso que reivindicaba la soberanía y aplaudido por sus seguidores, se cuestionó el acuerdo comercial con la Unión Europea y el Ecuador se alejó de la negociación que adelantaban Colombia y Perú, que finalmente, luego de un largo proceso, concluyeron con éxito. Al final de cuentas, pasan los años y el país rectifica, más vale tarde que nunca, y busca este acuerdo, que se suma al que suscribieran los dos países vecinos a los que hubo que recurrir recientemente en gabinetes binacionales para que dieran su anuencia y pudiéramos adherirnos. Tanto se criticó para llegar al mismo acuerdo.
Con el mismo discurso reivindicativo y cuando había un barril de petróleo de más de 100 USD, con el que se miraba despectivamente a todos y no se necesitaba de la inversión extranjera ni del capital privado nacional, se desarrollaba la política minera, con impuestos muy altos a nivel mundial. En su época esto fue criticado por el entonces Embajador de Canadá en el Ecuador, país con éxito en este campo, y no se hizo caso. El resultado: la demora en las inversiones hasta flexibilizar la política y el cobro de impuestos.
Desdeñan y persiguen con acciones burocráticas al sector productivo nacional pero luego, en medio de la crisis económica, le convocan a una alianza público privada, que es loable, pero a renglón seguido le advierten que enviarán los proyectos de ley de herencia y de plusvalía, que habían generado serios resquemores no solo en el empresariado sino en el ciudadano común, lo cual mantiene la desconfianza. Sigue alto el riesgo país pese al pago puntual de los bonos pero mantiene la morosidad con las deudas internas.
El manejo petrolero está a la vista, con la ineficiencia del Estado que al final de cuentas, en medio de los problemas económicos, entiende que el sector privado puede arriesgar sus inversiones y contribuir para optimizar las tareas del sector. Ese es el caso del último contrato con una empresa europea, a fin de que ayude a oxigenar con sus primeros desembolsos a la escuálida caja fiscal, tan necesitada de recursos en medio del enorme gasto público.
Los resultados concretos están a la vista, no los discursos que algunos respaldan. En la delicada coyuntura empresarial 2015-2016 la Cámara de Industrias y Producción hace una encuesta sobre la inversión prevista y la respuesta es contundente de los empresarios de 36 sectores: el 73 % reduce y solo el 4 % resuelve incrementarla, lo cual aumenta el desempleo y subempleo, que crece en medio de la crisis.
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