El Presidente Correa, al anunciar en la sabatina de agosto 27 del 2016, su imperativa decisión de sancionar a quienes le dieron respuesta en términos que no son de su agrado, a un mensaje suscrito por él para el personal en servicio activo de las Fuerzas Armadas, así como a quienes en instancia administrativa se abstuvieron de sancionarlos, expresó:
“Están negando la Constitución y los fundamentos de la República” “Vamos pueblo ecuatoriano, todos juntos a rechazar esta antipatria, todos juntos, no lo vamos a permitir”, “..está en juego nuestra democracia, hago un llamado a la oposición sensata, seria, patriótica para más allá de nuestras diferencias defender los fundamentos de la misma República”.
Convocó a rechazar su comportamiento “si es necesario” en las calles. “Estos soldados antipatriotas tendrán que salir de las Fuerzas Armadas y aquí yo me juego la vida”.
Como que la respuesta del personal militar debía ser quedarse mudo, si se discrepaba de su propuesta.
Lo más probable es que en la diligencia de la Jueza asignada, por los antecedentes, habrá un allanamiento a la pretensión del Presidente Correa de sancionar a personal naval en servicio activo, lo que sería un triunfo pírrico –la “vanidad” de sentirse triunfador, le hace no percibir el peor daño que se causa- porque se agudizará la irritación de la gran mayoría del personal de las Fuerzas Armadas. en servicio activo y en servicio pasivo, cuando ilegalmente –y asumo la calificación por haber estudiado el caso del macro lote de Los Samanes- se quiere privar al personal activo y pasivo de millones de dólares del ISSFA, a lo que se suma querer poner mordaza a los del mando militar y de otros rangos de las fuerzas armadas, como que no se tratara de seres humanos con derecho a razonar y opinar sobre sus derechos.
Todo esto cuando los desaciertos se repiten en materia económica. La más reciente novelería -¿será sólo esto?- es trasladar activos del sector público a “inversionistas” extranjeros, sin transparencia. El caso más publicitado es el de la concesión de Puerto Bolívar, por cincuenta años, a un grupo cercano a la argolla de poder imperante en Turquía, estando en el intermedio una compañía holandesa que puede emitir acciones al portador, con lo cual los verdaderos dueños pueden tener sus rostros bajo una especie de máscara societaria.
En el conjunto de factores de la economía, sólo Venezuela estaría peor que el Ecuador en América del Sur –Quizás en corrupción siglo XXI, Brasil está disputando la “medalla de oro”-.
El endeudamiento real – eliminando juego de palabras para no reconocer deudas que lo son- supera el 40% del PIB. Y con bonos caros -10.75% a 5 años, cuando Colombia lo hace a 3.9% a 10 años y Perú al 3.8 % a 14 años.
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