Como quiteños, nuestras actividades cotidianas, queramos o no, están atravesadas por las decisiones y acciones que tomará durante el 2016 la actual administración municipal, a través del Alcalde, los concejales, gerentes de las empresas metropolitanas, administradores zonales y demás funcionarios municipales. De ellos esperamos que realicen un trabajo idóneo, más todavía, al inicio de un nuevo año.
Tamaña responsabilidad de las autoridades quiteñas, tomando en cuenta que, a medida que crece la ciudad, los problemas y las complejidades se van multiplicando en transporte, contaminación ambiental, inseguridad, crecimiento desordenado y otras áreas que han sido comunes y constantes en varias alcaldías, de todos los colores políticos, lo que quiere decir que las soluciones deben visualizarse a corto y largo plazos.
Pero la tarea no es solo municipal. Muchas de las acciones que se pueden ejecutar para mejorar nuestra calidad de vida pasan por la acción directa de los ciudadanos, a través de sus organizaciones más cercanas: el comité barrial o las asociaciones de vecinos.
La acción directa frente a problemas inmediatos de nuestros barrios, por ejemplo, el cuidado de los espacios públicos (calles, parques y plazas) o afectaciones en el ornato, puede expresarse a través de la organización de mingas que, incluso, potencian y fortalecen la organización de los ciudadanos. Esto no significa que se le exima de sus responsabilidades a la administración municipal, sino que es un planteamiento para recuperar la asolada organización vecinal a escala distrital. Este fortalecimiento, libre de apetencias políticas de todos los colores y tendencias, es una tarea de la administración municipal.
Pero, también, está repotenciar ese trabajo ciudadano que puede generarse desde los sectores productivo y empresarial del Distrito, a través de cooperaciones y alianzas que impulsen obras que, sin duda, mejorarán la calidad de vida de los ciudadanos. Esta corresponsabilidad generará, sin duda, resultados positivos para los quiteños.