En las últimas semanas, la liberación de cupos para la importación de vehículos y, la más reciente, la eliminación de la restricción para importar teléfonos celulares, permiten que la agenda empresarial puede tener más claridad en el corto plazo, sobre todo para quienes se dedican a la importación de estos productos.
Pero no solamente son estos bienes, considerados los más emblemáticos del consumo en el país, los que ahora ya son parte del libre mercado, que responderán a la oferta y la demanda. También comenzó a ejecutarse desde inicios de este año, el desmontaje de las salvarguardias que aplicó el Gobierno para restringir las importaciones. El objetivo es que hasta junio se retiren completamente.
En este escenario de ‘volver a la normalidad’ en el ámbito comercial, también hay que considerar la vigencia del acuerdo con la Unión Europea y eso permite a los empresarios visualizar oportunidades de negocios. Por ejemplo, alguien puede importar algún producto con mejores precios, en comparación con los que se ofertan en la región. En el primer mes de vigencia de este convenio, frutas, cerámicas, maquinarias, licores y autos ingresaron al país con ajuste arancelario.
Si bien todavía habrá que esperar los resultados de los próximos comicios, porque muchos candidatos se han referido a una revisión de la carga impositiva vigente, habrá que ver el comportamiento de los precios de los productos y allí el consumidor tendrá la última palabra: también podrá beneficiarse.
Este nuevo escenario se podrá visualizar con mejor claridad a partir del segundo semestre, eso porque en la segunda mitad del año ya tendrá que bajar el IVA del 14% al 12%, tal como lo establece la ley de Solidaridad que se aprobó el año pasado, para atender a los damnificados por el terremoto.
El último detalle que hace falta para este ‘mejor escenario comercial’ tiene que ver con el desempeño macroeconómico. Las proyecciones de crecimiento para este año son modestas y, según el Banco Central, son del 1,4%. Aún habrá que esperar.