De la investigación que publica la periodista Gabriela Quiroz se concluye que la casa de un exbanquero que vivía en Lumbisí fue construida en un espacio de 41 498 metros cuadrados y que la entidad que la ocupa actualmente la adquirió por USD 3,3 millones. La misma información señala que los 50 automóviles incautados junto al inmueble, de la marca Rolls Royce, Cadillac, Porsche, Jaguar y Alfa Romeo, fueron rematados en USD 1 090 900 y que los nombres de los compradores se mantienen en reserva.
Fotógrafos, camarógrafos y periodistas que visitaron la mansión hace una semana escribieron en sus cuentas de las redes sociales que la mansión tenía jardines, plantas y árboles preciosos, una enorme piscina, mucha luz natural, espacios amplios, ventanales panorámicos, un cerramiento de piedras que la aísla de otras propiedades, etc.
Algunos comentaban que jamás en el país habían entrado a una mansión de esas características, otros decían que solo habían visto algo similar en las películas de Hollywood o en fotografías tomadas en Beverly Hill, donde viven actores de cine. Las imágenes que mostraron los canales de la televisión, que no fueron muchas, coinciden con las descripciones narradas en las redes.
Sorprendía que la oficina, que debe velar por la seguridad del Estado, esté instalada en medio de tanto lujo, especialmente en un escenario económico que demanda sacrificio, austeridad, reducción de gastos. El mantenimiento de una piscina, de jardines y también de la estructura de la casa es costoso. Para desarrollar esquemas de seguridad y de inteligencia lo más importante son software, hardware, comunicación y un personal capacitado para que lleve a cabo esas delicadas tareas.
Para instalar todo eso no es necesaria una mansión de USD 3,3 millones, se puede hacer en un edificio y el Estado es dueño de decenas de edificios precisamente incautados a ciertos banqueros inescrupulosos que contribuyeron a propiciar el peor desastre económico del país durante el ocaso del siglo XX.
Criticar por criticar no es el mejor estilo para opinar, por eso la propuesta tras esta larga introducción es que esa mansión, incluido todo su espacio verde, se convierta en un centro de vacaciones o campamentos de verano para niños de escuelas fiscales, de Lumbisí, Tumbaco o de donde sea. Un reportero sugería en una de las redes que ese sería un lugar ideal para un asilo de ancianos y la piscina muy necesaria para la rehabilitación física de las personas.
Cabe recordar que una de las primeras acciones que emprendió el Presidente de la República cuando llegó al poder fue cortar los privilegios de los empleados de entidades estatales que tenían clubes con piscinas, canchas de fútbol y de tenis, todo a costa del Estado. El Presidente es sensible a estos temas, la idea queda planteada.
@flarenasec