Por lo que se oye y por lo que se lee en los medios de comunicación en las elecciones del próximo año Rafael Correa no tendrá oponentes para llegar nuevamente a la Presidencia de la República. Oponentes de peso que le hagan calor es lo que dicen los que saben de política. Es decir, aquellos que le disputarían el favor popular al actual Presidente que ya lleva siete años de gobierno.
No les faltan razones a quienes saben de política comenzando porque los herederos –los que quedan- de la partidocracia no están para consensos, como no ser aquellos en los que todos salían ganando con una buena tajada en los añorados tiempos en que la víctima, nuestro país, podía ser repartido en pedazos.
Se dice -se dice nomás- que ‘el enviado de Dios’ estaría dispuesto a jugarse el favor divino por tercera ocasión. Se trata de una figura que ha ido perdiendo simpatizantes cada vez que sale en la prensa o se lo ve en la televisión y no por otra cosa sino porque los intereses del señor Noboa no dan para que todos tengan casa, coche y trabajo, comenzando porque resulto ser el gran evasor de impuestos.
Que el banquero señor Guillermo Lasso va ocupando un lugar interesante en el imaginario nacional no hay la menor duda. Me sorprendieron las declaraciones que hizo en España: “Lo que tengo claro es que un niño en el Ecuador no se puede morir porque no tiene agua potable”. Que en materia económica tenga ideas igualmente acertadas irán haciendo de Guillermo Lasso un estadista con el que cuente el país en esa hora crucial en la que Rafael Correa se canse de ser presidente.
Como no ser un bajón en el precio del petróleo y las consecuencias catastróficas que tendría en todos los campos, el presidente Correa tiene para rato. Se le ve decidido a neutralizar tal posibilidad con políticas de indudable beneficio para el Ecuador de hoy y del futuro: a partir del año que viene se iniciará la minería a gran escala sobre la base de que los yacimientos en oro y cobre que tenemos son los más ricos del mundo y que se utilizarán las tecnologías modernas que evitarán daños ambientales. Concluir la Refinería del Pacífico es de necesidad vital: el país dejará de desangrarse en millones de millones de dólares cuando produzcamos nuestros propios derivados del petróleo. El SRI se mantiene firme en cumplir con el deber que tiene de cobrar impuestos que no son excesivos y sí menores a los de Uruguay y otros países sudamericanos. Tengo entendido que se ha iniciado una política de precios reales para los combustibles, tal el caso de los que utilizan las compañías aéreas comerciales. Así, la obra social continuará y se evitarán catástrofes. El flanco vulnerable de Rafael Correa: su intemperancia con quienes consideran la libertad de expresión un derecho fundamental, irrenunciable. ¿Será un hándicap para su reelección?