Lo que nunca pudo Maradona ni en la cancha ni en las estadísticas ni con su particular estilo, lo está consiguiendo rápidamente y en silencio Messi: borronear de la memoria la figura del gran Rey Pelé. Para colmo, en estos días se conoció el ‘ranking’ de la FIFA, la máxima autoridad del fútbol (soccer) a escala mundial- en el que Brasil aparece en el lugar 18, el peor en su historia.
No son buenas noticias, pero seguramente no han de preocupar mayormente a la presidente Dilma Rousseff y el “ex” Lula da Silva. Según las últimas encuestas, si en estos días hubiera elecciones en Brasil, cualquiera de los dos las ganaría en primera vuelta y con comodidad; con por lo menos el 55% de votos.
Pero hay otras noticias que sí bien por ahora no han afectado la gran popularidad de estas dos primeras figuras del Partido de los Trabajadores (PT), de todas formas deberían inquietarlas. Una tiene que ver con el caso del “mensalao” (compra de votos en el Parlamento durante el primer gobierno de Lula), por el que ya fue condenado José Dirceu (jefe de Ministros al inicio del gobierno de Lula y su amigo personal y mano derecha) y a otros altos dirigentes del PT. Este escándalo ha sobrevolado y rondado a Lula, pero este en ningún momento fue convocado por la justicia pese a que uno de los implicados, precisamente quien destapara el caso, lo señaló como el principal artífice de toda la trama. Sin embargo , hasta ahora se ha dado por bueno que Lula “ignoraba” el plan que se llevó a cabo desde la oficina de Dirceu ubicada a pocos metros del despacho presidencial.
Pero el tema se complicó: Marcos Valério, un publicista condenado a 40 años de cárcel, considerado como el ejecutor y responsable número uno del “mensalao”, denunció que entre otros “pagos” con “dinero ilegítimo”, algunos correspondían a cuentas personales de Lula da Silva. Habrá que esperar las investigaciones judiciales: si se trata solo de una venganza del publicista que esperaba una mayor protección del PT al que tanto servicios les prestó, o si el “mensalao” alcanzó para pagar cuentas personales de Lula. Seguro que, de haber sido así, ya es más difícil creer que Lula ignorara lo que estaba ocurriendo.
En otro orden, en materia de ‘rankings’ se supo que Brasil ha perdido el 6to. lugar entre las economías globales, que ha recuperado el Reino Unido. El crecimiento del PBI para el 2011 fue del 2,7 y en el 2012 se prevé del 1% y se espera una suba del 3,3 en el 2013. Brasil ha perdido competitividad.
Pero también hay otros sectores inquietos que comienzan a mostrar otras estadísticas diferentes a las de los índices de popularidad de los figuras políticas, incluso a los ‘ranking’ de las grandes economías del mundo o de la FIFA: el nivel de educación, la corrupción, la transparencia y los reales niveles de pobreza del “ mais grande país do mundo“.